Sépase bien (¡cómo lo había olvidado!) que desde el 20 de septiembre de 2017, cuando su pueblo querido fue castigado por el huracán María (¡nombre impropio para tan terrible desgracia!), ese hombre no ha descansado un sólo día en la urgente tarea de ayudar a reconstruir la vida en su tierra querida, a la que ha dedicado lo mejor de su canto. Sí, se me había olvidado decir que Danny Rivera, quien vive orgullosamente con nosotros, ha cumplido esa misión solidaria alentado por la esperanza (siempre con el Grito de Lares en su conciencia) de algún día volver a vivir en su patria independiente y soberana.

Posted in Edición Impresa, Fogaraté, Opiniones

Más de edicion-impresa

Más leídas de edicion-impresa

Las Más leídas