La “marcha” de los haitianos a celebrarse ayer domingo 23 fue cancelada, bajo pretexto oficial, por haber recibido “diversas amenazas de carácter violento”, originadas por “grupos minoritarios”. Con su acostumbrado manejo acomodaticio de las circunstancias reales, los organizadores torcieron la realidad de un rechazo mayoritario por parte de la población dominicana, a un acto provocador bajo la careta de una “actividad deportiva, pacífica y simbólica, con el interés de resaltar los valores positivos de la migración en el mundo”. El ánimo real era la protesta por la posición dominicana, ante los diabólicos “pacto” de la ONU. La no adhesión a los maléficos “acuerdos”, tuerce planes acerca de trasegar una buena parte de la población haitiana e intentos de acelerar proyectos. Mientras unos haitianos logran aquí su subsistencia, otros buscan “poder” para imponer la obligación de aceptar la migración con sus condiciones y características.

Un nuevo lema esgrimen los que dirigen, auspician, patrocinan y financian estos movimientos: el aporte al crecimiento económico, ajeno a su país de origen. Proyectar su contribución al PIB y no como paliativo a la subsistencia de esos seres explotados por los suyos y siempre esclavos de la codicia de otros, es manipulación perversa. El Colectivo Haitianos RD, es una de las caras locales de ese movimiento impulsado por oscuros intereses, a los que hay que observar muy de cerca. Sus proyectos atentan contra la existencia de la República Dominicana como ha sido conocida durante los últimos 175 años y esto basta para entenderlos como enemigos disimulados, abusando de la proverbial hospitalidad criolla. El dominicano está “jarto” de los haitianos y eso entendieron los que cancelaron la marcha disfrazada, que tenían proyectada. Midieron que la paciencia criolla se estaba tensando y saben que no se trata de grupos “minoritarios, si no de la inmensa mayoría de los dominicanos. Estamos “jartos” de las maquinaciones, con recursos económicos de George Soros, magnate, multimillonario y especulador financiero húngaro de origen judío, que ha mostrado ser el “bolsillo” de muchas desestabilizaciones profundas a países y auspiciador de efectos políticos, en línea con sus intereses, en el complicado ajedrez de la economía mundial.

Los políticos nacionales están claros de cómo siente el pueblo con relación a este proceso manipulador y que los enfrentamientos entre la barbarie y los dominicanos en su propio territorio, están al borde de expresiones violentas. Hay poblaciones que proclaman sus espacios libres de haitianos, de sus hábitos, de su primitivismo. Estamos cansados de ser catalogados de victimarios cuando en realidad somos las víctimas propiciatorias y ello gracias a esa habilidad de los dirigentes haitianos, con complicidad dominicana, de convencer al mundo, de la “maldad, criolla” y esconder a Haití comfábrica de pobres.

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