Se fue marzo y comienza abril. Se han ido ya tres meses del 2019. Qué tendría eso de especial, podría preguntarse. En sentido general no mucho, pero tiene bastante significación en esta ocasión por la expectativa nacional sobre la resolución definitiva de la cuestión de si el presidente Danilo Medina modificará la Constitución para repostularse, y consiguiente desenlace de la pugna interna del Partido de la Liberación Dominicana. Medina no fijó su posición definitiva al respecto en marzo como dijera a Jatnna Tavarez en agosto pasado y seguimos expectantes, mientras junio marca el plazo fatal para definiciones internas de los partidos ante la Junta Central Electoral. Esto tiene a la nación en ascuas, cuasi paralizada, algo inaudito si la Constitución y la institucionalidad mandaran.

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