El PLD, con sus candidatos presidencial y vicepresidencial, ha dado una demostración de que está proponiendo, a nivel de experiencia Estado, novedad y gerencia efectiva, la mejor propuesta de gobierno a través de un enfoque programático y dominio de la agenda-país con énfasis en los ejes transversales y temáticos que más abaten a la sociedad. Y no hay duda sobre esa proyección de dominio y visión gerencial, por parte de Abel Martínez y Zoraima Cuello, para superar los pobres resultados de la actual administración cuyo candidato, en el debate, lució acorralado, contrariado y como queriendo rendir cuentas -incluso, obviando cifras oficiales-; o peor, queriendo justificar la falta de cumplimiento de promesas -2020. En fin, lo que se vio fue a un candidato-presidente a la defensiva o queriendo exhibir resultados sobre políticas públicas inexistentes.

Y es que la realidad no miente: inflación galopante, gasto público no focalizados en prioridades, empréstitos públicos sin precedentes -han aumentado la deuda pública (en más de 30,000 mil millones de dólares, en solo tres años y algo)-, presupuesto exorbitante-atosigante en publicita gubernamental, aumento y descontrol de la inseguridad ciudadana, abandono de la producción agrícola, pésima gestión migratoria y fronteriza y, sobre todo, un gobierno de oligarcas e islas de poderes corporativos; y encima, auge del narcotráfico y microtráfico -barrios y ciudades- con penetración y presencia de sus personeros-capos, como nunca antes, en los poderes públicos. Semejante cuadro, sin duda, nos refiere a un país que, penosamente, va a la deriva por la ejecución y predominio de agendas supranacionales y endógenas sumamente extractivas.

Hoy, y después de ambos debates -que debió exhibir más pluralidad política-electoral y temática (Miguel Vargas, Roque Espaillat (El cobrador), Carlos Peña-, el país quedó, a pesar cierta inequidad o exclusión temática-presencial en la agenda-debate de ANJE, edificado sobre las mejores propuestas de gobierno y cuáles candidatos están aptos, calificados y con ideas claras y precisas para enrumbar el país por senderos de prosperidad, defensa-país y ejecución de políticas públicas enfocadas en las prioridades de la gente y no en interés corporativos de grupos económicos -élites- y contubernios soterrados o solapados con agendas supranacionales.

Hoy el país sabe que tiene, como aspirantes presidenciales, un binomio -Abel y Zoraima- de gerencia efectiva y dominio sobre lo que hay que hacer para detener el derrumbe-país que significa la continuidad del PRM y su candidato reeleccionista. Y eso quedó claro con las brillantes propuestas de Abel Martínez y su acompañante de boleta que, de paso, dejó sentado su acabada formación técnica-profesional, experiencia de Estado, sensibilidad social y temple de mujer exitosa. En fin, Abel y Zoraima se proyectaron como los ganadores de ambos debates; y eso lo vio el país entero. En consecuencia, seamos honestos sinceros; y más si se trata de futuro-país y de llevar excelencia y gerencia efectiva al frente de los destinos nacionales: ¡Abel-Zomaira, es la ruta! ¡Enhorabuena!

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