La capacidad electromagnética cerebral

En años anteriores hemos escrito y publicado que durante millones de años todos los animales, incluidos los seres humanos, hemos evolucionado bajo los efectos directos del campo electromagnético natural de la Tierra

En años anteriores hemos escrito y publicado que durante millones de años todos los animales, incluidos los seres humanos, hemos evolucionado bajo los efectos directos del campo electromagnético natural de la Tierra, el cual se encarga de bloquear las radiaciones cósmicas que nos llegan en forma de intenso viento solar que es producido por tormentas solares generadas cada vez que el Sol genera excesiva eyección de masa coronal magmática, por lo que el cerebro ha evolucionado desarrollando células cargadas con magnetita (piedra imán), que responden a los efectos de polarización inducidos por ese campo electromagnético natural que transporta energía y todo tipo de información.

En esos artículos hemos escrito que el cerebro humano ha evolucionado adaptándose a condiciones ambientales cargadas de ondas electromagnéticas, y que esto le ha permitido desarrollar la increíble capacidad de captar ondas electromagnéticas que llegan como reflejos adelantados que contienen informaciones sobre hechos ya ocurridos en la ecuación espacio-tiempo del universo en que nos movemos, y que usualmente llamamos “presentimiento”, pero que cada “presentimiento” es un reflejo electromagnético adelantado de un hecho ya ocurrido en un vagón delantero del tiempo en que nos desplazamos, el cual es captado y descodificado por el cerebro evolucionado mientras vamos en un vagón de atrás, y aunque luce complicado, es similar a la habilidad cerebral usada para captar ecos (reflexiones de ondas acústicas o electromagnéticas).

Narrábamos en un artículo anterior que, conforme a los relatos de la viuda de Amín Abel Hasbún, la madrugada final él despertó antes del amanecer y le dijo a ella: “me van a matar, porque acabo de soñar que estaba en un funeral en la universidad (UASD), y cuando me acerqué al ataúd vi que era yo quien estaba muerto”, momentos después, según su viuda, justo al amanecer, llegaron sus ejecutores y le dieron muerte, lo que indica que Amín no tuvo un simple sueño, sino que, al estar profundamente dormido, su cerebro emitía ondas electromagnéticas Delta, con frecuencia inferior a 3 Hertz, lo que le permitía un sueño lúcido durante el cual su cerebro era capaz de recibir y descodificar el reflejo directo de eventos que estaban ocurriendo en un vagón temporal que iba adelantado en el tiempo en relación al vagón temporal de atrás en el cual Amín se desplazaba en ese momento del tiempo, y lo que aparentaba un sueño, no era un sueño, sino un reflejo electromagnético de un hecho ya ocurrido, y por una paradoja física de tiempo y espacio, Amín creyó soñar lo que ya era un hecho real, y así pudo asistir a su propio funeral, sin poderlo evitar.

Hablar de esta capacidad cerebral en medio de la Inquisición medieval implicaba una condena segura a la hoguera mortal, pues la ortodoxia religiosa siempre ha entendido esta extraordinaria capacidad cerebral como hechicería fatal, sin embargo, ese campo electromagnético, hoy aceptado y utilizado en todo el planeta para las transmisiones de radio, de televisión, y para la indispensable telefonía celular, es el mismo campo electromagnético que le permite a muchos animales percibir ondas electromagnéticas adelantadas de un terremoto que está en su etapa inicial, ya que los procesos de roturas de las rocas durante los inicios de los terremotos friccionan los silicatos de la corteza terrestre y producen cargas piezoeléctricas que a su vez generan un micro campo electromagnético que interfiere con el campo electromagnético natural de la Tierra, y esa anomalía electromagnética es detectada y descodificada por el cerebro de muchos animales que tratan de huir para ponerse a salvo del terremoto, por lo que en el futuro podremos detectar terremotos, con horas de anticipación, mediante la instalación de micromagnetómetros a lo largo de los ejes de las fallas sísmicamente activas, siendo ese mismo campo electromagnético el que le permite a las mariposas, a las tortugas marinas, y a las aves, viajar miles de kilómetros y luego retornar exactamente al mismo lugar de partida.

Y aunque mucha gente tiene dudas de esta extraordinaria capacidad cerebral, ahora, un artículo publicado en este mes de diciembre de 2017 en la revista Scientific Reports, de Nature, asegura que el cerebro humano tiene la capacidad de predecir el futuro, y se sustenta en un estudio realizado por neurocientíficos de la universidad de Glasgow, Reino Unido, quienes han descubierto, mediante el análisis de imágenes de resonancia magnética funcional (IRMF), que el cerebro humano es capaz de predecir lo que verán nuestros ojos antes de que ocurra, y esas conclusiones son similares a las obtenidas en mayo de 2017 por un equipo de investigadores del Instituto Donders para la Investigación del Cerebro, la Cognición y el Comportamiento, de la Universidad Radboud, Países Bajos, quienes encontraron que la corteza visual del cerebro juega un papel clave en la habilidad para anticipar acontecimientos.

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