Ciertamente no tiene asidero legal el uso estatal del concepto. Sin embargo, encontramos referencias de que se utilizó por vez primera en 1877, por la escritora y corresponsal Mary Clemmer Ames

Podría admitir que algunas, en todo el mundo, han hecho una buena labor social. Empero, otras se convirtieron en un terrible dolor de cabeza para sus respectivos países; involucradas, incluso, en asuntos reñidos con la ley.

Tal y como ya se ha declarado, detrás del término y su concepto hay hasta contenido sexista y clasista. Algo que es tema importante en los parámetros actuales.

¿Dónde y cómo surgió este asunto?

Al rastrear la expresión Primera Dama, encontramos referencias de que se utilizó por vez primera, en un sentido similar al actual, en 1877, por la escritora y corresponsal Mary Clemmer Ames, quien al relatar lo ocurrido en los actos de posesión del presidente de los Estados Unidos de América, Rutherford B. Hayes, utilizó la expresión The first lady of de land para referirse a Lucy Webb Hayes (¿primera Primera Dama?), su esposa . También se da como fecha del origen de la expresión a 1911, cuando se estrenó la obra de teatro The First Lady of the Land, de Charles Frederic Nirdlinger, acerca de Dolley Dandridge Payne Todd Madison (¿real primera Primera Dama?), esposa de James Madison, presidente de los Estados Unidos en 1809.

Luego, se estableció el término Primer Caballero para los modernos casos en los cuales una mujer era jefa de gobierno.

Al suscrito, sólo por curiosidad, le ha interesado saber cómo nombrar a alguien cuando el jefe de Estado es homosexual. Por supuesto que hemos sabido de casos que eso ha ocurrido, pero como no ha mediado un matrimonio comprobado, no se acuñó el vocablo.

Sabemos que cuando el anterior embajador norteamericano (mismo aquel de la fiesta en la piscina de la embajada con un grupo de hermosos efebos), hubo en el protocolo del Palacio que hacer investigaciones para saber cómo tratar, oficialmente, el hecho de que estaba casado con otro hombre. Y digo “hombre” en sentido de uso común, porque en mi ignorancia no sabría de qué otra forma situarlo.

He leído que en la actualidad el llamado Despacho de la Primera Dama tiene bastante más de mil empleados y un presupuesto realmente escandaloso ¡Todo un injustificado dispendio!

Satisface mucho que el presidente electo, Luis Abinader, comience sus esperadas acciones de cambio por lo más cercano a él. Esa primera señal podría estar indicando mucho. Parece que tendremos orden, justicia y eficiencia. Y en algunas ocasiones… ¡Telón!

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