La mirada de Nelson Carlos de los Santos se ha ido desarrollando temáticamente más allá de las fronteras de lo folclóricamente conocido como dominicano. Hay quienes lo critican.
No importa que trate temas profundamente dominicanos, como Cocote (2017, Nelson Carlo de los Santos), o nada más lejano de ese neocriollismo que se ha ido desarrollando en la industria y que tiene hoja de nacimiento con dos películas esenciales, como dos columnas que sostienen la armazón estética del cine dominicano: Pasaje de ida (1988, Agliberto Meléndez) y Perico ripiao (2003, Ángel Muñiz).
El neocriollismo o postcriollismo al que me refiero para nada es despectivo. Es solamente una constante del modo de fotografiar, del tempo, de la colorización y del uso de la iluminación y las sombras en la muestra del universo rural dominicano o del universo urbano, léase de los barrios, e incluso de las zonas de la clase media y alta del país.
Ahora llega la hora de “Pepe”, un filme de muy difícil encajamiento en el cine tal y como lo conocemos. No por gusto le ha ganado muy merecidamente el Oso de Plata al Mejor Director a Nelson Carlo en el tercer festival más importante del mundo, detrás de Cannes y Venecia: la Berlinale. Y esto sitúa a Nelson como una figura a seguir, dentro del panorama del cine latinoamericano.
Producida por Monte y Culebra de Tanya Valette y Pablo Lozano, “Pepe” es una coproducción entre República Dominicana, Francia, Alemania y Namibia. La película fue ganadora de Fonprocine.
“Pepe” es un largometraje tan arriesgado como difícil, tanto desde el punto de vista de la producción, como de su propio montaje. Y el resultado ha sido un filme que se mueve entre lo experimental y lo naif (no en su intención sino en su fotografía, sobre todo de las escenas que se desarrollan en las aldeas colombianas cercanas al Magdalena). Y en realidad se trata de esa mirada neocriollista o postcriollista (no me decido) que viene del cine dominicano.
Hay en “Pepe” una audacia desde su propio planteamiento que desconcierta. Quien habla es Pepe, un rinoceronte de los que trajo a Colombia el narcotraficante Pablo Escobar.
“Pepe nace tanto de mi imaginación como de la colectiva. Es una historia sobre seres que buscan algo que no existe, que son llevados lejos sin saber dónde están. Con esta película, me reencuentro con nuestras raíces, con esa forma de contar historias que nos ayuda a imaginar futuros posibles desde lo más profundo de nuestro pasado”, expresó su director Nelson Carlo de los Santos a través de una nota de prensa. Y quizás lo que hace es enredar más la madeja, pero para bien. Complejiza a “Pepe” más aún de lo complejo que es.
Claro que la ficción y lo ensayístico no son nuevos, nuevo es el modo de contarlos, de ponerlos en la mesa, de garantizar que la historia avance de Namibia a Medellín y de allí al Magdalena, ese río poblado por los pilares del realismo mágico, del regusto del vallenato y del bolero.
Hace, aunque no se lo haya propuesto, Pepe es una metáfora del cimarronismo, aquellos negros traídos de Namibia y otras zonas de Africa y que fueron esclavizados y puestos a trabajar en la agricultura, en las casas de los hacendados y en la industria azucarera. Muchos de ellos se rebelaron y se alzaron y vivieron en cimarronaje durante décadas hasta morir en el clandestinaje de las montañas y las cuevas. Algo así parece suceder con “Pepe”, un rinoceronte cimarrón.
Acerca de la película “Pepe”
Duración: 122 minutos
Director, Guionista y Editor: Nelson Carlo de los Santos Arias
Producción: Tanya Valette, Pablo Lozano, Nelson Carlo de los Santos Arias
Cinematografía: Camilo Soratti, Román Lechapelier, Nelson Carlo de los Santos Arias
Sonido y Diseño de Sonido: Nahuel Palenque
Música Original: Nelson Carlo de los Santos Arias
VFX: Erwin Jimenes
Animación: Manuel Barenboim
Coproducción: Francia, Alemania, Namibia y República Dominicana
Reparto: Jhon Narváez, Sor Maria Ríos, Fareed Matjila, Harmony Ahalwa, Jorge Puntillón García, Shifafure Faustinus, Steven Alexander, Nicolás Marín Caly
Además de Berlín, la película ha formado parte de la selección oficial de diversos festivales de renombre internacional, entre ellos: Festival Internacional de Cine de San Sebastián (España), Festival Internacional de Cine de Tokio (Japón), Festival Internacional de Cine de Toronto (Canadá), Festival Internacional de Cine de Londres (Reino Unido) y el Festival de Cine de Nueva York (Estados Unidos).