El Dr. Odalís Pérez denuncia problemas internos del Ministerio de Cultura que inciden en la política cultural

El Ministerio de Cultura tiene un estilo de cancelación despiadado y fatal, que hace mucho daño psicológico y moral a los afectados, siendo estos por lo general personalidades de la cultura, merecedoras de respeto y consideración.

Lógico que cuando llega un nuevo gobierno, arriban nuevos grupos que responden a diferentes intereses políticos, el cambio puede ser inmediato. Pero nunca debería ser en tono de enemistad, ni de encono personal contra nadie.

Lamentablemente casi siempre ha sido así, con todos los gobiernos que han pasado. La diferencia probablemente es que ahora, las salidas se hacen de manera desalmada, con algo de impío, de odio mediocre y fatal, incluso entre sus propios correligionarios, que realmente no habla bien de las autoridades, ni del partido, ni del gobierno.

El mundo de la cultura en República Dominicana es pequeño en cantidad, y casi todo el mundo se conoce aunque sea de vista. Esto es un pañuelo.

El día que ocurrió el cambio entre los peledeístas y los perremeístas, el lobby del Ministerio de Cultura estaba dividido en dos, como por una línea recta invisible: unos que miraban tristes pero por encima del hombro, y otros hambrientos de poder que arribaban a lo que para ellos era sino la tierra, al menos el edificio prometido.

Pero no hay cosa más cierta que esta: Los que estaban ayer ya no están hoy. Y los que hoy gozan de las mieles del poder no estarán mañana.

Odalís Pérez, el desechado

Una de las figuras más respetadas del sector cultural es el profesor Odalis Pérez, uno de los más brillantes ensayistas, investigadores, teóricos de la estética, catedráticos y escritores del país.

Pérez quiso desahogarse y expuso a elCaribe su experiencia personal:

“Alfonso, esta gestión me designó como asesor de bienales en septiembre cuando arrancó luego del 16 de agosto”, comenzó narrando.

“Como bien sabes pertenecí al Comité de la Vigesimonovena Bienal de Artes Visuales, y estuve activo de manera virtual y presencial hasta su apertura y término de la misma. Luego me integré como asesor a las actividades de la Escuela de Bellas Artes o ENAV y conjuntamente a la Feria internacional del Libro. Con más de seis actividades”, detalló.

“Cuando voy a retirar mi salario de abril a mi cuenta del Banco de Reservas observé que no se me hizo el depósito del mes y fui a preguntar si era un error. Y una señora llamada Miguelina, de Recursos Humanos, me dijo que estaba queriendo localizarme y no me encontraba en ningún departamento de la Sede. Que yo no tenía expedientes allí. Esa señora según me dijo tenía laborando 6 meses allí. Le dije que investigara pues “los asesores pertenecemos al Despacho de la Ministra”. Le dije que investigara, que eso era un error”. Resulta que no me depositaron los dos meses siguientes, pero seguía en nómina. Le envío o una carta a la ministra y entonces otra persona me responde Gianella Pereyra, también de Recursos Humanos y me comunica que desde febrero me habían suspendido o sacado de nómina. Que ya yo no pertenecía al MINC. Sin entregarme carta de “desvinculación”. No se me entregó ni se me llamó o envío carta de despido ni firma de la misma, luego de tres meses sin recibir mi salario”, confirmó el especialista en semiótica, fiel seguidor del inolvidable Iuri Lotman, líder de la Escuela de Tartu (Estonia). Algo de lo que probablemente muy pocos en el Ministerio de Cultura conozcan, en especial los que se ocupan de recursos humanos.

Para el reconocido académico se trata de “un verdadero truco y engaño burocrático. Tengo los documentos propios de mi trabajo, y otros puntos que describen el problema. Tengo las pruebas de lo que le enviaba a la ministra. Pero eso no importa en el Ministerio de Cultura”, se queja el autor de más de 33 libros.

Odalís Pérez argumenta: “La ministra ni recibe ni explica. La encargada de Recursos Humanos solo entrega cartas de despidos, acomodadas a sus intereses. Pero lo que molesta no es el despido, sino la respuesta falaz y construida, un “truco” fabricado de manera irresponsable”, declara el también poeta.

Y afirma con dolor : “Eso le ha pasado a amigos que tú conoces y a los cuales los han desconsiderado con una carta de “desvinculación”, un eufemismo burocrático que sustituye a “cancelado”, “botado” y otros. Así le ha sucedido a intelectuales como César Zapata, Fidel Munnigh y a muchos otros que apoyamos públicamente al PRM”.

Un ministerio “autista”

Para Odalís Pérez “El Ministerio de Cultura es un ministerio “autista”. La autoridad no se comunica con sus empleados ni con sus asesores”.

Narra que “no existe allí una relación interdepartamental y por esa razón se equivocan las funciones del supuesto trabajo cultural. Es por eso que todo es inseguro en ese ministerio. Sus autoridades van por un lado o por otro. Pero la comunicación es difícil, debido al manejo inadecuado de las relaciones de trabajo. Todo allí se da por mandato y por disposiciones alejadas del supuesto objetivo de trabajo. La mayoría de asesores , y funciones y autoridades no porta un distintivo institucional de la labor que lleva a cabo en el ministerio, ni hay esquemas de información sobre lugares de oficinas o direcciones donde quedan las oficinas o lugares donde se necesita el acceso a la información”.

“La carnetización del personal no es inclusiva y por eso la desinformación es tan común allí. Algunas autoridades entienden que toda información es implícita allí. Pues muchos llamados “jefes” obran por pura improvisación”, asegura.

“No hay tampoco un criterio de selección del personal que llega allí. porque lo enviaron. De parte de un político o autoridad de Palacio, a veces sin saber para qué sirve allí la persona enviada”, dijo.

El Dr. Odalís Pérez es miembro de Número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana (ACRD) y de la Academia Dominicana de la Lengua (ADL) y presidente de la Asociación Dominicana de Semiótica.

Truco
“La ministra ni recibe ni explica. La encargada de Recursos Humanos solo entrega cartas de despidos, acomodadas a sus intereses. Lo que molesta no es el despido, sino la respuesta falaz y construida, un “truco” fabricado de manera irresponsable”.

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