La presentación del informe sobre lo realizado en un tiempo tan breve que no llega a los tres meses y sus planes a corto, mediano y largo plazo, fue recibido con entusiasmo por parte de los miembros del Consejo Nacional de Cultura.
El ministro de Cultura, Roberto Ángel Salcedo, encabezó el pasado miércoles una sesión trascendental del Consejo Nacional de Cultura (CNC), cuya última reunión había sido en enero, cuando la exministra Milagros Germán se despidió del órgano rector del Ministerio de Cultura.
Antes de eso se habían reunido en dos ocasiones, en el año 2022, una el 31 de marzo y otra el 19 de octubre. Así que los “consejeros”, como se llaman entre sí, tenían sed de entrar en acción, hambre de sentirse necesarios.
La asistencia fue casi completa de los integrantes por decreto presidencial: Eduardo García Michel, Julia Castillo, Myrna Guerrero, Abil Peralta, Elsa Núñez, Maridalia Hernández, José del castillo, Juan Daniel Balcácer, Manuel García Arévalo, María Amalia León y Darío Solano. En representación de los ministros asistieron Tammy Reynoso, por Turismo; Franklin de la Mota, por Deportes y Paula Disla por Eduación Superior, Ciencia y Tecnología. Así mismo, por derecho propio los viceministros de Cultura Amaury Sánchez, Gamal Michelén, Alicia Baroni y Luis R. Santos.
Durante el encuentro, se designó por aclamación unánime a Alfonso Quiñones como secretario ejecutivo del CNC.
Se acordó presentar al presidente Luis Abinader una propuesta de actualización de miembros, en virtud de que varios representantes designados por el decreto 66-21 ya no forman parte de los sectores que representaban. La propuesta incluye ternas de candidatos seleccionados por el Consejo, así como la discontinuidad de quienes ya no pueden ocupar el cargo por distintas razones.
En la reunión Salcedo compartió un diagnóstico del estado de la infraestructura cultural del país, tras una serie de recorridos por casi todas las provincias, y destacó que el Ministerio elabora un plan de acción basado en cinco grandes pilares. Uno de ellos, la protección del patrimonio cultural, con proyectos ya en ejecución y otros que requerirán presupuestos adicionales o la articulación de alianzas público-privadas.
Otro eje habla de la necesaria revitalización de la identidad cultural dominicana, donde fueron expuestos transformaciones en eventos importantes donde el reflejo de esta es más que evidente.
Otra línea de acción clave es la estimulación de las industrias culturales, con iniciativas como el Congreso Nacional de Cultura Digital y la Feria de Emprendimiento Cultural, pensadas para dinamizar ese sector.
Uno de esos pilares habla de la formación artística, a raiz de las importantes demandas en el interior del país, con planes como la inauguración de una nueva Escuela de Bellas Artes en Santo Domingo Este, y la firma en futuro muy próximo de dos importantes acuerdos internacionales.
La sesión del Consejo Nacional de Cultura se extendió por casi tres horas, en el Salón Ministerial, donde primó la esperanza de que se puede avanzar, lo cual se expresó en una atmósfera absolutamente participativa, aportando ideas e indagando donde era necesario. Los propios miembros del Consejo realizaron sus propias propuestas. Se habló de la necesidad de reunirse más asiduamente. AL menos cada dos o tres meses. La Cultura del país lo necesita.
Algo sobre el quinto pilar de la gestión cultural
El quinto de los pilares promueve la democratización del acceso a la cultura en todo el territorio nacional, así como su proyección internacional, mediante el fortalecimiento de centros culturales y una mayor conexión con la diáspora dominicana a través de la Dirección de Cultura Dominicana en el Exterior.
Igualmente la futura realización este año de la Bienal de Artes Visuales dedicada a Elsa Núñez, que fue muy aplaudida, y del Festival Internacional de Teatro.