“Todas las mujeres son iguales”, una cinta para “romper” tabúes

David Maler y José Ramón Pascal, en sus roles de director y productor, respectivamente, asumieron un reto con la nueva cinta que llega a las salas de cine dominicanas, Todas las mujeres son iguales, como una segunda parte de la presentada en el 2016, pero dirigida en esa ocasión por Manuel Gómez Pereira y protagonizada por Christian Meier.

Séptimo arte. David Maler y José Ramón Pascal, en sus roles de director y productor, respectivamente, asumieron un reto con la nueva cinta que llega a las salas de cine dominicanas, Todas las mujeres son iguales, como una segunda parte de la presentada en el 2016, pero dirigida en esa ocasión por Manuel Gómez Pereira y protagonizada por Christian Meier.

La historia tiene sentido. No deja cabos sueltos sobre la transición que existe entre una cinta y la otra, tomando en cuenta que en Todos los hombres son iguales, el personaje principal “Manolo” (Frank Perozo) muere, y supera en el aspecto “comedia” a la primera, aunque en ocasiones el guión original de Pascal y Maler se debilita un poco.

Protagonizada por Nashla Bogaert, Cheddy García, Iris Peinado, Lía Briones, Frank Perozo, Kenny Grullón y Yasser Michelén, Todas las mujeres son iguales deja de ser una afirmación para convertirse en interrogante, planteando la historia de cuatro mujeres que buscan demostrar y esquivar los tabúes a los que la sociedad somete al sexo femenino, haciendo reír e identificarse con alguna de las cuatro situaciones.

Irreverente, liberal y realista, la cinta trata acerca de cuatro mujeres que se reúnen en un caótico y desastroso funeral del mujeriego personaje que interpretaba Frank Perozo en Todas los hombres son iguales. Con una historia distinta, un día deciden hacer un viaje, solo para chicas, a Casa de Campo, La Romana, que es donde se desarrolla la trama.

La cinta se sustenta en la historia de una adinerada, soltera, sin hijos y con pensamiento plenamente abierto en cuento a la sexualidad, interpretada por Iris Peynado, la cual tiene una sobrina (encarnada por Lía Briones) que juega a ser una niña de sociedad, del prototipo que busca un príncipe azul para tener la boda perfecta y “vivir felices para siempre”.

A ellas se suma Cheddy García, dando vida a una ama de casa, madre de tres traviesos niños, esposa de un Kenny Grullón poco atento, despreocupado y andariego, ya sumergidos en un matrimonio donde la relación es lo último de la lista.

Finalmente, Nashla Bogaert interpreta a Yoli, el hilo conector entre la primera y la segunda parte de la secuela: madre soltera, con poca suerte en el amor y llena de decepciones que la han llevado a pensar que sí son iguales todos los hombres. Frank Perozo y Yasser Michelén, juegan también un papel importante en el filme, uno tratando de convencer a cabalidad a los otros dos de que las mujeres son todas iguales, y no en un buen sentido; y el otro, atravesando situaciones que lo llevan a descubrirse como persona y a reevaluarse como ser humano.

Las participaciones de N-Fasis “El hombre de las mil virtudes”, Melymel y Alina Vargas, no necesitaron más que una escena para hacerse sentir y dejar una huella positiva en el largometraje de una hora y media.

La película de Bou Group busca romper los tabúes acerca de cómo debe ser la mujer. Estará en todas las salas de cine de la República Dominicana a partir de mañana, y en Puerto Rico desde el 5 de octubre.

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