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La primera delegación internacional que llegó al país estaba encabezada por el embajador de Chile ante las Naciones Unidas, Alejandro Magnet, quién se reunió con los dirigentes de la CASC y con el coronel Francisco A. Caamaño. Magnet se quedó sorprendido que la CASC estuviera en apoyo al movimiento constitucionalista, pues en los Estados Unidos se decía que ese era un movimiento comunista. De ahí surgió la idea de que un dirigente de la CASC fuera al exterior para expresar sus ideas.

José Gómez Cerda fue designado representante el Gobierno Constitucional ante los gobiernos de Venezuela, Chile y México, además estuvo en Nueva York, Washington y Puerto Rico, exponiendo la posición de la CASC.

En Venezuela, Gómez Cerda se entrevistó con el presidente Leoni, con el Comité Ejecutivo de la CLASC y otras personalidades.

En Chile se hizo una gran concentración en el Teatro Caopolican, encabezada por Gómez Cerda, quien luego se entrevistó con el presidente Eduardo Frei Montalva. El Gobierno y el pueblo chileno fueron muy solidarios en favor del movimiento constitucionalista y contra la intervención norteamericana.

En México, José Gómez Cerda se reunió con representantes gubernamentales y sociales, además se hizo una rueda de prensa en las oficinas de la Federación Campesina Latinoamericana (FCL), que tenía su sede principal en México.

En Estados Unidos se reunió con funcionarios del BID, de la OEA, con asesores políticos, periodistas y funcionarios gubernamentales, a quienes entregó un documento de la CASC en apoyo al constitucionalismo.

En Puerto Rico se reunió con el Profesor Juan Bosch, en la residencia de Diego Bordas, junto con Bosch estaba Jacobo Majluta, del Partido Revolucionario Dominicano ( PRD).

Luis Estrella, dirigente de la Federación Dominicana de Ligas Agrarias Cristianas ( FEDELAC), fue detenido y conducido a la base militar de San Isidro, donde estuvo presos durante varias semanas.

Emilio Máspero, de la CLASC, estuvo en la zona constitucionalista en apoyo a la CASC.

Los norteamericanos ocuparon el local principal de la CASC, que estaba situado en la calle Juan Pablo Pina No. 27, y se llevaron todos los archivos.

La CASC se instaló en la “ Zona Constitucional”, en Ciudad Nueva, donde continuó su trabajo sindical, inclusive se organizó un CONSEJO NACIONAL, y se mantenía un programa radial “ Justicia Social”.

Por otra parte, la CONATRAL, que era la segunda organización sindical, apoyó la intervención militar norteamericana.

Creemos que las organizaciones, como los árboles, dependen mucho de su nacimiento y de sus raíces, que es lo que no se ve, pero es lo que mantiene y da vida.

Que una organización sindical se mantenga activa durante 40 años es una hazaña muy meritoria, en una sociedad donde la cultura de organización sindical es muy limitada, además las condiciones objetivas y subjetivas son muy precarias, y no presentan muchas posibilidades a las organizaciones sindicales.

En la actualidad, la CASC es una de las pocas organizaciones sociales, políticas y culturales que pueden conmemorar 50 años de existencia, que es casi el tiempo transcurrido después de la dictadura de Rafael L. Trujillo.

En 1965 tuvimos una revolución social y militar que derrocó al Gobierno de facto, después dos gobiernos paralelos, uno encabezado por Imbert Barreras y Bartolomé Benoit, y por la parte Constitucional, uno dirigido por Rafael Molina Ureña y después otro encabezado por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deño. Después vino un Gobierno Provisional dirigido por Héctor García Godoy y en 1966 ganó las elecciones por primera vez el dr. Joaquín Balaguer.

Durante todo esos tiempos de incertidumbres políticos la CASC supo mantenerse como una organización sindical unida, ideológica, combatiente, en defensa de los intereses y los derechos de los trabajadores dominicanos.

El III Congreso de la CASC se realizó en el Auditorio Don Bosco, en Santo Domingo, resulto reelecto Henry Molina, como secretario general, José Gómez Cerda, como secretario general adjunto, Gabriel del Río, secretario de educación, Rosendo López, secretario de reclamos y conflictos.

En nuestra sociedad que una organización social permanezca 59 años de actividad permanente, siendo desde su fundación la principal organización sindical es algo importante, y debe resaltarse como positivo.

Quiero felicitar al compañero Gabriel del Río, quién durante todo ese tiempo ha estado como dirigente de la CASC, lo cual merece un reconocimiento público.

Me siento orgulloso de haber pertenecido siempre en la CASC, haber ocupado cargos importantes que son; secretario general, secretario general adjunto, secretario de organización, director del Instituto Nacional de Formación Agraria y sindical (INFAS), fundador y asesor de la Federación dominicana de Ligas Agrarias Cristianas (FEDELAC), director del periódico y revista Revolución Obrera, en fin; ser un militante sindical.

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