Érase una vez un individuo que nació sensible y con actitudes para el arte. Con el fin de entretener al crío, cumplir con su formación y de mantenerlo ocupado, se inscribió en cuantas clases aparecieran sobre pintura, diseño, música, teatro y demás.

Los años corrieron y el artista en el interior afloró, mejorando cada vez más la técnica y perfilando su estilo. Era evidente que el niño había nacido para dedicarse al arte, pero papá y mamá, perdieron el enfoque en el camino, así que, imbuidos en el mundo existencial, se dejaron seducir por la mengua de los afectos teniendo como resultado un distanciamiento de lo sensible. No siempre ocurre, pero se presentan muchos casos que todo apunta a que tendremos un artista en casa y, en vez de apoyarlo, lo
marginamos como que ser médico, ingeniero o abogado, tuviera más peso que ser artista.

Importa apoyar al hijo para que pueda encaminarse en la carrera de su preferencia que es lo que le hace sentir cómodo, le gusta y atrae o es más necesario que estudie una carrera a través de la cual pueda ganar más dinero para mantenerse, quién dice que el arte no puede generar esas ventajas.

Cuánto daño hacen los terceros de forma consciente o inconsciente. Se han perdido grandes talentos por consejos errados, toda vez que el oficio del artista se asocia con el de vago.

Sin embargo, se presenta una contradicción, pues se disfruta la visita a los museos, a los teatros y a los centros culturales en general para alimentar el alma a través de los sentidos, sin tener en cuenta que en nosotros muchas veces radica la decisión de preservar estos espacios en función del apoyo que brindemos a la cultura y al artista en ciernes.

Estamos llamados a poner más atención en el hogar, a los gustos e intereses de nuestros hijos, a ser más sensibles y practicar con el buen ejemplo.

El futuro es incierto, pero nuestro destino se configura en base a las acciones que encaminamos. Nunca debemos renunciar a nuestros sueños, porque las decisiones incorrectas nos guían a un camino tortuoso de sin sabores. La vida es muy breve, los padres estamos llamados a apoyar a nuestros hijos siempre.

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