Al ahondar en el universo pictográfico de Luis Muñoz, es preciso hacer una parada en obras como: “El lamento entrelazado por la pasión” (2023), “El salto etéreo” donde se combina la figura del pez con la del caballo y también “El lienzo de las palabras”, también de 2023.
Al igual que en muchas culturas ancestrales, donde el pez representa sabiduría, fertilidad y fluidez, Muñoz parece invocar estos conceptos al trabajar con elementos fluidos y formas que aluden al movimiento y el ciclo vital. En su obra, los peces podrían simbolizar la interconexión entre lo material y lo espiritual, que sugiere un equilibrio entre la naturaleza y la existencia humana, evocando tanto el poder regenerador del agua como su relación con el inconsciente y las emociones profundas.
El pez también simboliza lo efímero de la existencia, vive en un medio que, aunque vasto, puede ser frágil y cambiante. Esto podría reforzar la idea de interconexión entre lo humano y lo espiritual, algo que claramente está en el corazón del arte de Muñoz.
Notaremos que el dibujo en él es caligráfico, preciso, contundente y expresivo. Es siempre una oda a su ser interior, a sus emociones y así se percibe en dos piezas fundamentales como son “Schaffhausen en invierno” y “Verano en Schaffhausen”, ambas de 2005. Una más delicada por el blanco de la nieve y, otra, más abigarrada por un grafito más difuminado. El artista se las arregla para denotar su habilidad en el manejo de las formas, al resaltar visualmente el rejuego entre cálido y frío.
Marejada es una celebración de medio siglo de creación artística, un testimonio de la evolución de un hombre que fusiona su pasión por el arte con su deseo de contribuir a la sociedad y que lo mismo es escritor, artista, gestor que filántropo, ahonda en casi todas las manifestaciones artísticas. Esta exposición es una oportunidad única para explorar, en síntesis, el universo personal de Luis Muñoz, donde el mar es tanto refugio como espejo de la vida misma.