Hay algunas precisiones pendientes en la trayectoria del artista Iván Tovar, una de ellas es la primera muestra en la Galería Auffant de la década de 1970, pues en muchas publicaciones se registra en 1977, tal como se refrendó en Tovar|Surrealismo Vivo VIII y IX. Sin embargo, al entrevistar a la actriz, directora, productora y maestra de teatro María Castillo, quien fuera la segunda esposa de Iván Tovar y madre de la única hija del artista, confirmamos que Iván había llegado a Santo Domingo en 1976, pues fue el año en que se conocieron, a propósito de la entrevista que le realizó.

De modo que Iván debió permanecer en Santo Domingo, desde el otoño de 1976 hasta la primavera de 1977. Parte de esta deducción se corrobora al revisar el catálogo de la exposición en la Galería Auffant, fechado el 04 de noviembre de 1976.

La noche de la exposición, ciertamente, Tovar se hace acompañar por María Castillo, pero el destino todavía no tenía en planes unir sus vidas. En 1977, María recibe una beca para irse a estudiar a Rusia en el Instituto Estatal de Artes Teatrales Lunacharsky, actual Instituto Ruso de Artes Teatrales de donde se graduó con honores. El gran surrealista regresó a París, iniciando una relación con otra colega con quien permanece varios meses en la ciudad del amor.

Así las cosas, el camino de Iván y María se bifurca, pues teniendo como punto Santo Domingo, uno se va a Europa central y, el otro, a Europa del Este sin contacto alguno. Y, a pesar de que Tovar le había copiado sus generales en París a María, no es hasta bien entrada la década de 1980 que se vuelven a encontrar en Santo Domingo.

Cuenta María que cuando regresa de Rusia, Iván estaba casado con la afamada periodista Emely Tueni, pasaron años sin que le viera, hasta que un día de 1987, él necesitaba un libro del escritor Oscar Wilde que ella tenía. “Era Semana Santa, porque el día que me llamó fue Domingo de Resurrección”. Continuará.

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