Django es un personaje recurrente en películas del Medio Oeste (de USA) al que siempre lo mueve la venganza, y aquí la represalia es el leitmotiv del protagonista. La trama ocurre un poco antes de la Guerra de Secesión -un conflicto revelador en la historia estadounidense (1861-1865). Aunque muy parecido a Mandingo (1975), un filme de Richard Fleischer, y a la miniserie Raíces (1970), su narrativa es semejante a los Blaxploitation (corriente cinematográfica de los años 70 cuyos filmes eran protagonizados por negros); resalta la marca de orgia de violencia del estilo tarantiniano –Quentin Tarantino que lo creó–. Atiborrado de close-ups y zoom rápidos, igual a los westerns spaghettis, en la historia del filme no hay preocupación moral, más bien es amoral –que es una de las características del estadounidense medio según Tocqueville–. Pese a que el tema del esclavismo del negro y el racismo son el paño de fondo de su narrativa, los personajes fluctúan en un sutil ambiente maniqueo, lo que permite acciones y actitudes de acuerdo a las necesidades de desarrollo del estilo del cine comercial, lo que permite que el filme se mueva en el límite de la comedia y del drama. Y todo, por supuesto, obedece a fórmulas clásicas de complicar siempre la vida del protagonista para provocar catarsis; y lo hace a costa incluso de la verosimilitud y del sentido común, manipulando la atención y enmascarando cualquier falla en la construcción de los personajes. Todo en auxilio de un proceso emocionante minuto a minuto. Un dato es que todos los personajes se entienden bastante bien en inglés, pese a ser africanos, alemanes, etc. Los diálogos son la marca exacta en la composición de los personajes tarantinianos. Bellamente expresa el poder del blanco sobre el negro y cómo ese dominio se fundamenta en el miedo del esclavo, en el miedo del gobernado y explotado. En este sentido, el personaje más interesante es el de Samuel L. Jackson, que es quien carga sobre sus hombros la última parte del filme; ese personaje es una muestra fehaciente de en qué se convierte un ser humano vejado por el miedo, el sojuzgamiento cultural, la opresión ideológica: se torna un modelo de barbarie, en un perro amaestrado para olfatear, perseguir y matar a toda cosa que se contraponga a su amo. En Netflix con el título “Django Unchained”.

HHH Género: Comedia dramática. Duración: 165 minutos.

Posted in Crítica Cine

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