Miniserie francesa adaptada de una novela inspirada en hechos reales. De ritmo y suspense intensos. Narra las peripecias del desempleado Alain Delambre: un alto ejecutivo desgastado y humillado por seis años de paro. Entonces, cuando una empresa lo selecciona como candidato, está preparado para traicionar a su esposa, robar a sus hijas, golpear a su yerno e incluso participar en un «juego de interpretación de roles» en forma de escenario de toma de rehenes, sabiendo que, si es contratado, todo le será perdonado. Pero nada saldrá según lo planeado. Pues bien, la narrativa de la miniserie se enmarca en el duelo sociocultural de clases –intensificado en el nuevo orden financiero global. Va del conflicto personal al conflicto social señalando el hoyo velado en que cae quien para vivir tiene que salir a la calle a rallar la cosa (aquí iría otra palabra). Cada escena y cada capítulo es una anécdota identificable de la cotidianidad. Complejo y cínico, sin maniqueísmos, el personaje es un manipulador imprevisible, al justificar su desgracia se mete en un callejón sin salida. Y vemos así al fenomenal CEO generado gracias a la invulnerable sociedad de mercado (es una puya), que de servir a una empresa pasa a anteponer su interés personal al de quienes le rodean; algo así como un experimentado veterano de guerra que atrapado por la miseria enfrenta todo y a todos con las herramientas que tiene a mano: su veteranía como CEO. Su odiosa conducta crea empatía. Cualquier ética o valor moral es arropada por su mala fe. ¿Por qué ocurre? Por la realidad sistémica que fragua vendettas. Interesante es que lejos de cualquier señalamiento ideológico, despliega la dinámica de la malicia: primero vemos ese tipo de maldad practicada por falta de noción. Luego vemos aquella maldad cometida por egoísmo, en la que Delambre perjudica a otros por pura ambición, y como no es su meta todo lo ve como daños colaterales que justifica, al no reconocer el mal causado, es obvio que su empatía se fue de paseo. Como ha sido entrenado en una cultura neoliberal, tiene una convicción de valores de lo que quiere para sí y nada para nadie más. Y en la secuencia le vemos totalmente cambiado, física y emocionalmente, tiene una meta: venganza, matar, hacer justicia por sus propias manos, y lo que sigue es un estado primitivo capaz de todo –un cuasi psicópata. En Netflix con ese título.

HHHH Género: drama social. Duración: 6 episodios de 50 minutos cada uno.

Posted in Crítica Cine

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