Miniserie histórica socialmente consciente que nos acerca a la Inglaterra del final de la Segunda Guerra Mundial. Una joven es entrenada como espía en los últimos meses anteriores al término de la guerra y se acaban sus perspectivas de futuro. Los estadounidenses de la Oficina de Servicios Estratégicos, que trabajaron estrechamente con los británicos, se retiran. Uno de los jefes del departamento de Londres se opone, afirma, sin pruebas, que los espías soviéticos infiltran el gobierno británico. Un oficial estadounidense que entrenó a la joven espía, plantea colocarla como espía de USA en la sede del gobierno británico. Así es como se mezclan varios intereses de clase: un agente que se inventa conspiraciones de espías rusos para poder disponer de recursos y sobrevivir a sus anchas, unos banqueros inversionistas norteamericanos que van al rescate de Inglaterra, uno que otro desempleado veterano de guerra que se la está buscando “cueste lo que cueste”, la misma chica que procura salir de su penosa situación económica y ayudar a su familia, en fin una telaraña de gente buscando su comida en el devastado imperio del Reino Unido. El paño de fondo trae la historia de las elecciones generales convocadas por el presidente del Gobierno británico en funciones, Winston Churchill, ganadas por el Partido Laborista –Churchill era del Partido Conservador–. Se habla mucho de política, de temas sociales y de convulsiones. No queda mucho tiempo para la actividad de personajes lo que es obvio tumbó la atmosfera de suspenso, ralentizando el ritmo, sofocando reflejos naturales de los personajes tales como sentires, apatías, etc., propios del buen guion. Pues bien, el filme retrotrae a momento actuales; es inevitable establecer paralelismos con la manera en que en muchos casos (como el reciente en Cuba) los servicios secretos de grandes potencias pueden estar siendo desnaturalizados y/o existan individuos que lo único que buscan es la manutención de sus jugosos empleos –y prebendas para el sicariato– a toda costa sin importar que sus teorías y acciones conspirativas generen malestar social y ralenticen soluciones idóneas a los padecimientos de los pueblos. La narrativa explicita el origen de pilares de la Guerra Fría y del conflicto palestino-israelí, los métodos neandertales de la guerra y los rejuegos bancarios para apropiarse del carbón y el acero británicos, boicoteando los planes de nacionalización que permitirían –como fue– la reconstrucción económica de una nueva nación, un nuevo poder a partir de las cenizas de la anterior. En Netflix. l
HHHH Género: triller histórico. Duración: 6
episodios de 50 minutos cada uno.

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