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Whiplash es una canción bastante conocida. El filme no se refiere a ella directamente, es parte del universo creado en una narrativa que busca retratar la relación profesor-alumno. Pero decididamente es lo bien hecho que está a partir de una primicia que ya es casi cliché: alumno que se faja con un profesor duro es quien tiene éxito. Pero el mismo filme se encarga de decirnos que lo que hace a alguien exitoso es su potencial creativo y capacidad de innovar. En ese sentido el filme muestra una polifonía pedagógica bastante atractiva pues orbita en esa relación constante entre aprendizaje y creatividad. ¿Será que es posible aprender si no se tiene el potencial para recrear? Pues la respuesta a eso puede que cada quien la encuentre siempre que se dedique con esmero a una actividad determinada, ¿quizás con pasión? Pero el filme es realmente una disculpa para hablar de amistad y de amor por la música, pero por el medio presentando un conflicto de egos. Del mismo modo es una excelente muestra de cómo se puede realizar buen cine con súper economía de recursos y afinar todo descansando en las actuaciones. Economía también en clichés. Nada de inicio con aspavientos para atrapar plateas. Un inicio parsimonioso pero fuerte en la interpretación y así se mantiene hasta llegar a la tercera parte del filme donde se invierte toda la emoción en olas de acontecimientos y en un montaje sincronizado con la música casi como en un videoclip. Los diálogos, desde inicio solo se presentan cuando son extremadamente necesarios y siempre que ocurren es para cambiar expectativas o cambiar la perspectiva de la trama. Recurrentes planos en detalles en composiciones que se asemejan a esas escenas de acción muy movidas casi como una persecución o como se filma un combate del tipo acción-reacción. Y eso es el gran secreto para “parar la respiración” y hacernos creer que ese actor es también un excelente baterista. Entonces esa manera en cómo está construido hace que uno quiera verlo de nuevo apenas termina. El virtuosismo no está tanto en los personajes y la interpretación sino en la manera en cómo nos son presentados desde planos amplios yendo con cadencia rítmica visual hasta esos primerísimos planos pegados a la piel de los actores. 3 Premios Oscar: Mejor actor de reparto, montaje y sonido. La banda sonora es un festín de buen Jazz. En Netflix.

HHHH Género: Drama. Duración: 106 minutos.

Posted in Crítica Cine

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