El ingenio San Cristóbal construido entre 1526 y 1530, está ubicado a orillas del río Nigua, a unas cinco leguas de distancia hacia el oeste de la ciudad de Santo Domingo. Fue construido por el secretario de la Real Audiencia de Santo Domingo, Diego Caballero. En total este ingenio costó unos 20,000 ducados, lo que incluía la construcción del ingenio con rueda hidráulica, canales de agua, 60 casas de piedra y madera con techos de hoja de palma cana y una iglesia. Además de grandes extensiones de tierra sembrada de todo tipo de producto para la alimentación de los esclavos y la población española que laboraba allí. De acuerdo con descripciones este ingenio fue “edificado a mucha costa y trabajo porque para llevar el agua la sacó por minas debajo de tierra por peñas y cerros, distante una legua del ingenio, para lo cual gastó más de veinte mil ducados”.

Al poco tiempo el ingenio quedó pequeño y en 1538, Diego Caballero solicitó al Real Consejo de Indias que se le concediese más terreno. Justificó su solicitud reportando todos los gastos que había incurrido en la construcción de su hacienda y del poblado de San Gregorio de Nigua en el que vivían más de veinte españoles y ciento cincuenta negros e indios, así como en la manutención de un clérigo para dar servicio al culto y que también vivía en el pueblo. Además, argumentó que necesitaba más terreno, porque estaba desarrollando el cultivo de diversos productos agrícolas y frutales, ya que la tierra era muy adecuada para ello y podía ser de gran provecho para la colonia. La solicitud fue concedida lo que le permitió agrandar su ingenio y dedicarse a otros cultivos además de la caña.

En 1998 se hicieron investigaciones arqueológicas no exhaustivas y se consolidaron las ruinas, pero el lugar amerita una mayor investigación arqueológica para localizar todas las dependencias que tenía el ingenio, así como las viviendas de los trabajadores, entre otras cosas. En la actualidad, el ingenio San Cristóbal, es conocido como “ingenio Diego Caballero” y solo quedan ruinas de lo que fue el molino hidráulico, parte de sus canales, el cubo o depósito de agua, restos de la sala de calderas, restos de la sala de purgas y de un gran depósito. Lo que queda hoy del conjunto del ingenio ocupa un área aproximada de dos hectáreas.

En las ruinas del ingenio San Cristóbal se distingue en la actualidad dos núcleos de construcción. Uno de ellos constituía el ingenio en sí, donde se encontraba la rueda con todo su sistema hidráulico, el molino, las 7 calderas y el lugar de llenado de las formas de barro con guarapo, antes de ir a la casa de purgas. La otra construcción era el depósito de las panelas de azúcar, que mide 80 m de largo por 8 m de ancho, construido en mampostería hasta una vara castellana de alto (0,83m) y luego en tapia, tal como lo establecía una Cédula Real.

El sistema hidráulico de molienda de este ingenio funciona por corriente de agua mediante dos canales abiertos que se dirigen hacia un depósito o cisterna abierta llamado cubo, donde se almacena y sale por el saetín. De allí la fuerza del agua ejerce una presión hidrográfica sobre las palas o aspas de la rueda del molino, empujando la rueda hidráulica y haciendo girar el eje que a su vez acciona la maquinaria de la estructura compuesta por rolos horizontales. Posteriormente el agua sale de la rueda encausada por un canal que desagua más adelante para el regadío y consumo.

El mecanismo de rotación está compuesto por una rueda de madera vertical con palas planas que reciben el empuje del agua y la hace girar. El eje de la rueda se encaja a dos rolos o mazos horizontales que producen rozamiento para poder exprimir la caña. El jugo que produce la caña llamado guarapo se lleva mediante canaletas a pailas donde se calienta y se espesa. Este se coloca en unas hormas de barro donde se dejan purgar en la sala de purga hasta que se conviertan en panelas de papelón.

El sistema de canal está compuesto por tres canales abiertos: un canal principal, un canal secundario y el canal de desagüe. Todos los canales son de mampostería de piedra revocados con morteros de cal con un espesor de los muros de unos 0,60 metros (m). El canal principal tiene un ancho de 1,30 m y una profundidad promedio de 1,68 m aproximadamente. El canal secundario tiene un ancho de 1,10 m y una profundidad promedio de 0,70 m. El canal de desagüe tiene las mismas medidas que el secundario. El agua se tomaba del río Yubazo “a mucha costa e trabajo porque para llevar el agua la saco por minas debaxo de tierra por peñas y cerros” y “el agua para la molienda del ingenio la truxo demás de una legua por donde va la dicha agua que es por sierras muy grandes”.

El canal principal lleva el agua al cubo o depósito y de allí cae a presión hidrográfica sobre las palas o aspas de la rueda del molino. El cubo, tiene forma de cono truncado a manera de embudo y está construido en mampostería de piedra y ladrillo y revocado con mortero de cal por ambas caras. Su forma de cono truncado obedece a un principio físico para lograr un aumento de presión del agua en el fondo del cubo donde está el saetín (saetía o saetillo), que es un canal angosto por donde se precipita el agua desde el cubo hacia el rodete o rueda hidráulica, para hacerla andar.

Las palas de madera plana de la rueda hidráulica al recibir la fuerza del agua se activan y giran la rueda. El agua al caer desde la parte inferior empuja las palas con mayor velocidad de retorno que si fuera por la parte superior. Además, a mayor circunferencia la rueda “andará con mayor presteza por causa que vuelve con mayor ligereza”. La rueda hidráulica o rodete hace girar el eje principal, que por engranaje está conectado a dos rolos o mazos de madera, los cuales se activan y giran también permitiendo que entre los rolos se pase la caña y se exprima. Uno de los problemas principales que se presentaban con la rueda hidráulica era su deterioro, por falta de balanceo y mantenimiento en general. Por tal motivo, todavía se pueden ver las marcas que dejó la rueda en las paredes, debido al rozamiento con las mismas.


Centro estudios caribeños. PUCMM. Este artículo forma parte de las investigaciones realizadas en el proyecto “Connected Worlds: The Caribbean, Origin of Modern World”, dirigido por Consuelo Naranjo Orovio desde el Instituto de Historia-CSIC, España y financiado por la Unión Europea, Horizonte 2020, código Nº 823846.

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