Doctora en Historia y magister en Antropología Cultural, autora del libro Raíces de la identidad dominicana y de numerosos trabajos académicos sobre la inmigración haitiana a Santo Domingo como también sobre la migración latinoamericana, el exilio republicano español en nuestro país y también sobre la vigencia histórica de las hermanas Mirabal. Es miembro de la Academia Dominicana de la Historia y ha trabajado como catedrática en diferentes universidades como la UASD, la PUCMM y la Universidad Nacional de México. Es profesora del Instituto Tecnológico, Universidad INTEC. Sus investigaciones son material de consulta obligado en materia de antropología cultural y sociología de la historia de la región del Caribe.

¿Dónde nació y dónde cursó sus estudios primarios y secundarios?
Nací en Bonao, en Villa de las Hortensias, y en ese pequeño pueblo pasé mi infancia y parte de mi adolescencia, Bonao es un pueblo que durante la larga dictadura trujillista sufrió también la dictadura de Petán, el hermano de Trujillo. En mi adolescencia vine a la capital, en Ciudad Nueva estudié en el Colegio Santa Clara, que era un colegio de monjas, terminado el bachillerato me fui a la URSS, allí estudié Historia y también hice una maestría en Antropología Cultural, regresé al país, a trabajar en Intec y en la UASD y cuando tenía quince años de docencia dejé todo y me fui a Costa Rica a hacer un doctorado en Centroamérica y el Caribe en contexto comparado, cuando finalicé esos estudios regresé a mis dos universidades.

¿Cómo llega usted a la Cancillería donde trabaja actualmente?
Cuando empezó esta gestión me nombraron directora del Museo de Historia, y después, cuando leyeron mis trabajos sobre la identidad dominicana y mis investigaciones, eso hizo que me ofrecieran el cargo que ocupo actualmente, trabajo en lo que me apasiona que es celebrar la identidad dominicana, este año se cumplen 212 años del nacimiento del patricio Juan Pablo Duarte y a mí me encanta participar de la celebración de estas efemérides pero también hago otros trabajos relacionados con mi formación académica.

¿Hay algún tipo de revisionismo histórico en este país que trate de reivindicar la figura de los próceres más como hombres de carne y hueso que como seres inmaculados?
Claro que sí, sobre todo en los últimos años porque es más fácil acceder a los archivos, que ya están digitalizados, lo que permite asomarse a verdades históricas que se pueden contrastar con esa otra historia que ha sido muy deformada, es como decía ese gran historiador que se llamaba Anthony Cross, que el papel del historiador es desmitificar, es llegar a la verdad y divulgarla, ese es como el norte de mi oficio, hacer historia es precisamente exhibir lo que sale de las fuentes y no de las visiones idealizadas.

¿Cuáles son las tres vertientes de la identidad dominicana actual?
En mi libro yo hablo de raíces, pero los dominicanos no somos una mezcla de esas tres raíces, porque a lo largo de quinientos años de vida como sociedad, hemos recibido otras influencias, tenemos raíces españolas, africanas y aborígenes, pero desde que se crea la nación dominicana en 1844 se le dio mucha importancia a la raíz hispana y se ocultó la raíz africana y la aborigen, entonces los dominicanos terminamos por creernos lo que no éramos, en mi primera cédula por ejemplo dice que yo soy india… sucede que cuando se forma la República Dominicana en 1844, toma el poder un sector conservador, que expulsa a los liberales que eran los trinitarios, y desde que se forma cualquier nación hay que buscar los elementos distintivos que nos van a separar de quienes nos estamos independizando, se asume que los haitianos eran africanos, y entonces desde la lógica de esa clase política nosotros no éramos africanos sino hispanos, eso ha causado un problema identitario muy serio, porque a la mayoría de la población dominicana que es negra se le ha privado de su identidad africana. Cuando llega Trujillo al poder ese problema se acentúa porque se establece una política antihaitiana, basada en la visión de Peña Batlle y de Balaguer, que imponen ese concepto. Balaguer hablaba de “esa tara” que tienen los haitianos y eso crea ese falso concepto, totalmente racista. La identidad es cómo uno se asume y cómo lo ven los demás, esa visión racista quedó sepultada por la ciencia, pero todavía quedan prejuicios.

¿Cuál es el problema con la imagen del Duarte de la historia oficial?
Balaguer hizo un daño tremendo con uno de sus libros “El Cristo de la libertad”, aunque si bien su intención fue buena, él crea un Duarte inmaculado, impoluto, inalcanzable, pero Duarte fue un hombre que sabía de música, tuvo tres novias, era un militar y tuvo el coraje de salir a la calle a enfrentarse a Báez, ese Duarte radicalmente nacionalista, que fue capaz de sostener que los dominicanos podíamos ser libres, tocaba la guitarra, viajó por todo el mundo, él fue el que soñó esta patria y pudo contagiar a otros de su sueño, ahora en las fotos aparece Mella como militar y Sánchez también, y Duarte, muchos historiadores somos partidarios de que la imagen de Duarte que hay que mostrar es la del luchador que jamás abandonó sus ideales.

Un tema que está en boga últimamente es el de la “leyenda negra” de la colonización española, como que los españoles no fueron tan crueles como se los pinta ¿Qué piensa usted?
Ningún otro colonialismo exterminó a la población aborigen como lo hicieron los españoles, las estadísticas dicen que había medio millón de aborígenes y en menos de cincuenta años no quedaba nadie, Massimo Livi Bacci, un demógrafo italiano, demuestra cómo en el Caribe la extinción de los aborígenes no fue a causa de la epidemia sino por la encomienda, que fue peor que la esclavitud, los españoles explotaban a los aborígenes los ponían a lavar oro en los ríos y morían de hipotermia, eso pasó aquí en los primeros 35 años, eso no se registra en ningún otro sistema colonial.

¿Cómo es su sistema de trabajo en sus investigaciones?
De todo un poco, un doctorado mío fue sobre las identidades de la población de origen jamaiquino en Costa Rica, apliqué metodología antropológica, de observación participante, participé en sus carnavales y ceremonias, rastreé en los archivos, hice 78 entrevistas avaladas por la universidad así que hay de todo un poco, a mí gusta unir la historia con la antropología. Muchos historiadores escriben para sus colegas y no para los estudiantes ni para el público en general, pero además descubrí que las mujeres están ausentes en la historia, y otra cosa, yo creo que hay que retomar el ideario real de Duarte, que no era racista ni antihaitiano, él decía en una carta que admiraba a los haitianos porque fueron capaces de luchar para tener una nación. La identidad surge cuando los hijos ya no se identifican con sus padres sino con el lugar donde nacieron.

¿Qué opina del aporte de la Escuela Científica Alemana al estudio de la historia?
Me parece que no se puede investigar la historia solamente como lo político y lo militar, yo simpatizo más con la historia francesa, que incluye a las grandes masas, a la mujer, a los pueblos, eso es lo que se conoce como la escuela de los anales, que se preocupa también por la sociedad, la cultura, la convivencia en el hogar, así que creo que hay que darles cabida a los valores, que se adquieren en el hogar y definen muchas cosas para entender el espíritu de una época.

Posted in Cultura, Entrevista Cultural

Más de gente

Más leídas de gente

Las Más leídas