Omar Molina Oviedo es presidente de la Fundación Oviedo. FUENTE EXTERNA
Omar Molina Oviedo es presidente de la Fundación Oviedo. FUENTE EXTERNA

Artista plástico y presidente de la Fundación Ramón Oviedo

Omar Molina Oviedo es considerado por la crítica especializada como uno de los mejores pintores dominicanos contemporáneos. Su formación desde muy temprano estuvo ligada al arte, debido a que desde muy pequeño vio a su abuelo, el artista plástico Ramón Oviedo, realizar obras en su atelier “con la maestría, contundencia y amor al oficio”. De su primera pintura comenta: “Siempre acompaña la interrogante, la incertidumbre y la inseguridad de si vas a ser o no aceptado como un verdadero artista”, en tanto que de sus más recientes pinturas expresa: “Salen con un sabor más propio de la experiencia que dan los años de trabajo, el dominio de ciertas técnicas y los recursos aplicados con la libertad de expresión y la aceptación del público”, pues se considera primero pintor de oficio, aunque explica que a través de los años la crítica de arte lo ha situado en el expresionismo figurativo.

¿Provienes de familia de artistas, cuéntanos un poco de tu formasción?

Afortunadamente sí. Mi formación desde muy temprano estuvo ligada al arte, tengo el honor de ser un discípulo del maestro ilustre de la pintura dominicana Ramón Oviedo, mi abuelo. Desde muy pequeño lo veia en su atelier realizar obras con la maestría, contundencia y amor al oficio. Eso quedó impregnado en mí. También mi madre Aracelis Oviedo y varios primos se han destacado en las artes visuales, mi hijo más pequeño Dylan es un virtuoso del dibujo. Ver a mi madre en sus largas noches pintando con esa pasión, me fue desarrollando y fortaleciendo el deseo, la necesidad de expresar mis ideas con madurez, lo cual se logra con la disciplina y el tiempo.

Obra «Surgió de un bacanal», de Omar Molina.

¿Es la pintura abstracta más apreciada que la tradicional o paisajística y por qué?

No soy un pintor que responde a tendencias, ni modas, igual un día hago un paisaje, un retrato, como puede que otro día realice una pintura en la línea en la que muchos citan, que para mí en mi trabajo no se cumple en su totalidad. No creo en los pintores que solo se apoyan en las manchas que facilita el lenguaje de la abstracción, siempre en mi trabajo de ese corte algo sugiere una figuración descompuesta con plasticidad. Para deconstruir hay que aprender a construir. En mi caso le doy importancia a todo el trabajo pictórico que realizo, busco que al final de mi trayectoria si logro la longevidad necesaria en el oficio, que se valore mi obra en todo su amplio contexto. Fue la orientación y el consejo que recibí de mi mentor y abuelo Ramón Oviedo.

¿Que te deja una obra terminada?

Una gran satisfacción, porque me entrego, asumo un compromiso, le dedico muchas horas de reflexión a cada pintura. No me gusta que mi pintura trasmita urgencia o precipitación en la entrega, una obra como te sube, también te baja porque el buen conocedor sabe cuándo una obra está cruda.

Obra «Toro del siglo XXI», de Omar Molina.

¿Es el cine y la fotografía irreverentes con la pintura?

Son lenguajes que a través de la historia uno ha tomado pauta del otro y se han influenciado entre sí. Creo que son cómplices sin lugar a dudas. Lo veo en esa dirección, porque no son pocas las obras que he podido realizar a través del cine y la fotografía. Estoy seguro que muchos cineastas y fotógrafos han dado al traste con un gran proyecto a través de la admiración de una obra pictórica de algún gran creador.

¿La mayor satisfacción que te ha dado la pintura?

La satifacción la recibo a diario, no hay un lugar más propicio para poner mi estado de ánimo relajado y positivo que cuando estoy en mi atelier desarrollando una obra o pensando en lo que voy a realizar. La crítica y los coleccionistas han sido benévolos con mi obra, eso es lo más importante para cualquiera pintor, en mi caso no ha sido la excepción.

«Melrose bestiary», de Omar Molina.

¿Las redes sociales y la internet cambiaron la forma en la que se crea y se piensa el arte?

Sin lugar a dudas las redes sociales y el internet son una realidad. Todo artista debe estar en la capacidad para sacarle el provecho y lo positivo a esos medios y plataformas digitales, siempre y cuando uno tenga la suficiente madurez para saber qué es positivo y lo que no. Me considero ser un ignorante de muchas cosas, lo que más beneficia a un artista es su conocimiento, la observación y la capacidad retentiva para reproducir objetos y dar paso a la creatividad y la creación.

¿Qué hace falta para que los pintores sean valorados en el Estado?

Un compromiso en el desarrollo de proyectos e incentivos necesarios para que los artistas que valen la pena puedan surgir y promover su obra como lo amerita. No se puede ver como un gasto o una ayuda casi obligatoria y hasta con cierta dejadez el tema, hay que apoyar la obra de un buen creador visual, la pintura siempre ha sido una inversión con gran retorno. Hay quienes pueden vislumbrar en obras de artistas con talento una gran oportunidad de negocio, la obra de contenido social, valor y representación en el orden de lo estético. La disciplina que demanda el éxito de cualquiera artista no es un gasto valga la redundancia, es una de las mejores inversiones. Lo saben los galeristas y los coleccionistas.

«León caballo y minotoro», obra de Omar Molina.

¿Además de la pintura, a qué otra tarea te dedicas?

A parte de la pintura, presido la Fundación Ramón Oviedo, una institución que tiene como objetivo preservar el legado pictórico y la hoja de vida del maestro Ramón Oviedo, obra que es desde ya un patrimonio y activo de nuestra nación, y su vida un paradigma para presentes y futuras generaciones.

¿Cuéntanos de tus proyectos inmediatos y qué estás pintando ahora?

A parte de mi amor por la pintura, que es mi pasión y el medio de sustento de mi familia, dedico gran parte de mi tiempo para poder celebrar el centenario del nacimiento como lo amerita una figura ilustre de nuestro medio cultural en la persona del maestro Oviedo. Estamos preparando una serie de actividades que involucra una gran retrospectiva en el orden cronológico de su obra en el Museo de Arte Moderno (MAM) y actividades en las instituciones más importantes de nuestro país en el ámbito Cultural para los meses de febrero, marzo y abril de 2024. Para ello necesitamos el apoyo del Estado bajo el gobierno de turno y el concurso de las instituciones públicas y privadas para lograr el impacto y la trascendencia de una actividad para un personaje histórico al más alto nivel, referente de nuestras artes visuales.

Omar Molina Oviedo expresa que «tengo el honor de ser un discípulo del maestro ilustre de la pintura dominicana Ramón Oviedo, mi abuelo».

Gratitud

Los coleccionistas y la crítica han sido benévolos con mi obra, eso es lo más importante para un pintor, en mi caso no ha sido la excepción”.

Responsabilidad

No me gusta que mi obra trasmita urgencia o precipitación en la entrega, una obra como te sube, también te baja porque el buen conocedor sabe cuando está cruda”.

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