Raisa Pimentel trabaja como docente de Oratoria y Comunicación en la UNIBE. FUENTE EXTERNA
Raisa Pimentel trabaja como docente de Oratoria y Comunicación en la UNIBE. FUENTE EXTERNA

Escritora, comunicadora y gestora cultural

La mayor aspiración de Raisa es muy personal: Puro ego. Le gusta ver cosas y tener la certeza de que las ha creado, pues ella ha dedicado su tiempo y esfuerzo para llevarlas a donde quiere. Su mayor logro siempre será “que la literatura sea mi espacio de juego total con la realidad”. Como integrante del Taller Litervolución y del Taller Literario Narradores de Santo Domingo (TLNSD) ha cultivado la poesía y la narrativa, a través de las cuales ha obtenido diversos galardones, entre ellos el segundo lugar en el Concurso de Cuentos de Alianza Cibaeña con el texto “Al otro lado de la puerta: Zarah”. Además, sus textos aparecen en la revista digital de fantasía y ciencia ficción Minatura; también en la Antología “Poetas de la Era” en 2011 compilada por Elsa Báez, entre otras publicaciones.

¿Cómo se produjo tu primer contacto con la literatura?

Siento que fui una niña muy consciente de los libros, eran objetos comunes en casa. Siempre recuerdo uno en el que a dos hermanos los llevaban de paseo a la ciudad, me acuerdo de las ilustraciones, ciertos colores, pero nunca he dado con ese libro. Así mismo tengo muy vívida la historia de las matrioshkas y, ya adolescente el libro “Puentes como liebres” de Mario Benedetti fue fundamental en mi acercamiento a la lectura. En 2009 descubrí los talleres literarios, inicié en Litervolución y luego comencé a asistir al Taller Literario Narradores de Santo Domingo. En este último me mantengo hasta la fecha. Además de formación, en el taller he encontrado una gran comunidad que comparte mi interés por la literatura. Junto a eso también ha sido un espacio para desarrollarme en la gestión cultural.

¿Cómo definirías la poesía?

Julio Cortázar mencionó alguna vez a alguien que dijo que la poesía es eso que se queda afuera cuando hemos terminado de definirla. Trayendo eso al terreno de “mi literatura” iré por las ramas: No sé si tenga las palabras o si me toque esa tarea, así que diré que es un espacio en el que trato de aceptar siempre el juego de la palabra.

¿Cuál es tu rincón preferido para escribir y por qué?

Mi rincón y momento preferidos siguen siendo un ideal: Si tuviera que elegir, el lugar sería una mesa donde pueda acomodar la computadora y alguna libreta; el momento sería temprano en la mañana. De todos modos es una bendición que sean solo un anhelo porque, si fuera por esperar el lugar y el momento perfecto, no habría escrito nada.

¿La literatura es fruto de la inspiración o del trabajo?

Todo producto artístico, literario en este caso, está relacionado a una cierta forma de mirar, sentir y dejarse impactar por lo que nos rodea. En vez de inspiración yo diría atención combinada con ese trabajo ineludible de escribir y reescribir hasta llegar a cierto nivel de conformidad.

¿Crees que quien escribe, evoluciona en su escritura?

La escritura puede hacer evolucionar, siempre que venga acompañada de la lectura. Leer como lectores y leer para escribir es lo que puede hacernos evolucionar.

¿Cómo ha cambiado tu lenguaje narrativo a lo largo de los años?

Para mí un cuento siempre es un problema por resolver. Si me piden identificar algo que haya cambiado en mi forma de estructurar las historias, sería el papel de la muerte. Reconozco que en una etapa inicial siempre era un recurso ideal para dar cierre, para un desenlace. Sin embargo, con el tiempo he identificado otras formas de hacerla parte.

¿Qué lugar ocupa, para una escritora como tú las lecturas en vivo?

Siento que leer en vivo tiene mucho de espectáculo. Pensar en la impresión inmediata, el uso de nuestra voz y cuerpo, identificar el texto adecuado para el contexto es una tarea, la queramos aceptar o no. Aunque estoy en el camino de sacar mayor provecho a esos espacios, reconozco la importancia de hacer nuestra parte para generar conexiones con la gente que solo te escucha.

¿Cómo ve usted actualmente la industria editorial?

Siento que a nivel local se van articulando mejores relaciones entre todos los actores de ese ecosistema: escritores y lectores, editoriales e imprentas, agentes literarios, espacios de encuentro y difusión de nuestro trabajo, entre otros aspectos. Hace uunos días en el chat del taller hablábamos acerca de la importancia de pensar en la calidad de nuestro “producto” con miras a exportarlo. Hay muchos retos, pero seguimos explorando desde la resiliencia y el interés de conquistar más almas para la literatura.

¿De qué trata su nuevo libro Hormigas en la pared?

Este libro representa el cierre de un capítulo de mi trayectoria literaria. Hormigas en la pared reúne un conjunto de relatos breves con protagonistas que enfrentan conflictos en torno al amor y a la memoria. En uno, por ejemplo un hombre que se enamora de una chica justo antes del encierro por la pandemia y se enfrenta a la imposibilidad de comunicarse con ella. En otro una mujer que se está quedando ciega, pero hace hasta el último esfuerzo por recuperar el único objeto que conserva del amor de su vida. En los cuentos trato de evidenciar esas técnicas narrativas que he ido aprendiendo, pero también hay algunos que son puro juego como “Mime eme”, el que cierra el libro.

Desarrollo

La escritura puede hacer evolucionar siempre que venga acompañada de la lectura. Como lectores y para escribir leer nos puede hacer evolucionar”.

Opinión

Todo producto artístico, literario en este caso está relacionado a una cierta forma de mirar, sentir y dejarse impactar por lo que nos rodea”.

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