En medio de las vicisitudes del batey Quisqueya, en San Pedro de Macorís, César Sánchez Beras comenzó a sentir el placer de la literatura a muy temprana edad, al escuchar radionovelas, pero no había tenido contacto con libros durante su infancia. Tiempo después, recibió un ejemplar de poesía de su amigo José Figueroa Güílamo, que leyó con placer. Ha publicado decenas de obras por las cuales ha sido reconocido con el Premio Anual de Poesía Salomé Ureña de Henríquez este año y el Premio Anual de Teatro Cristóbal de Llerena en 2017. Fue profesor de español y literatura en el Lawrence High School, en EEUU y asesor cultural del Consulado Dominicano en Boston. Entre sus obras están “Al Este de Haití”, “Érase una vez la Patria” y “Sapito Azul”.

¿De dónde es usted y cómo fue su infancia?
Nací en la ciudad de Santo Domingo, pero asumí mi identidad en el Batey Quisqueya, en San Pedro de Macorís. La capital es una mera referencia, un acontecimiento fortuito, yo soy realmente de San Pedro. Mi niñez transcurre muy accidentada, con pocos amigos, pues mi padre era militar y nos mudábamos de pueblos cada seis o siete meses, así que tuve que aferrarme a la nostalgia y en cierto modo al destierro, pues era un nómada dentro de mí mismo país.

¿Cómo fueron sus inicios como escritor?
Yo llego a la literatura de forma oral, no tuve libros en mi infancia, ni bibliotecas de pueblo, ni nada parecido. La literatura me llegó por el oído, por las radionovelas, las novelas de aventuras, bien contadas y narradas por la radio. De ahí mi amor por el soneto, estilo José Ángel Buesa, y los romances españoles que me llegaban a través de las emisoras.

¿Cómo surgen sus historias?
En mi doble condición de escritor para adultos y para la audiencia menuda, tengo que elegir estrategias diferentes. En el caso de las historias para el mundo de la literatura infantil juvenil, primero busco dónde hay necesidad escritural para tratar de satisfacerla con mi texto, me coloco en la posición del lector para escribir la historia que me gustaría leer y que a ellos le gustaría que le contaran.

¿Cómo las planificas?
Luego de identificar las necesidades lecto-escritoras de los chicos, trato de escribir el texto desde una perspectiva única, es decir, que no pueda ser previsible, ni encontrar antecedentes o tratamiento similar en la red virtual ni en otros formatos, para dirigir a los lectores hacia el libro físico que estoy escribiendo.

¿Cómo crea sus personajes?
La gran parte de mis personajes surgen de mi preocupación de que los mismos actúen y se desarrollen dentro de un ambiente de respeto por la naturaleza, el medioambiente y la vida en sentido general. En el caso de la literatura para audiencia adulta, mi preocupación mayor a la hora de la construcción de los personajes y de la trama, es rescatar y mostrar los personajes y temas de índole social e histórica del pasado reciente.

¿Qué quiere transmitir con sus obras?
Yo no escribo para dar sermones a los chicos, ni para guiarlos en sus actividades cotidianas como niños o adolescentes. Yo quiero construir un universo de lectores críticos, donde la imaginación y las dudas, las interrogantes y las certezas de ellos como lectores estén en un primer plano y que mi literatura sea un medio para llegar a eso que ellos aspiran como seres humanos.

¿Qué es lo que más le satisface en su labor?
Lo que me da más alegría y satisfacción como escritor es lograr que a través de un texto mío una persona alcance desde la lectura, una vida más plena, más consciente, más inclusiva con el mundo que lo rodea. Cuando un chico lee, piensa, duda, critica y acciona, me ha pagado con creces lo que quiero lograr.

¿Cuáles escritores le han inspirado?
Todos los escritores que he leído me han inspirado, pues todos son superiores a mí en algunos o todos los sentidos. Decir nombres: Marcio Veloz Maggiolo, Bosch, Mieses Burgos, José Mármol, Clarivel Díaz, Donoso, Rulfo, Sabina, Pedro Peix. Todos, todos, me han marcado de alguna manera. También he tenido la dicha de editores que me han dado una ayuda inestimable, como Ruth Herrera Montero y Yolanda Hernández.

¿Cuál es su opinión sobre los escritores dominicanos en la actualidad?
Tenemos una literatura que goza de buena salud y de transcendencia internacional. No es solo los nombres consagrados, como Junot Díaz, Julia Álvarez, Rey Andujar, Rita Indiana, también hay una enorme cantidad de escritores diseminados en una diáspora digna, que escribe en todos los géneros y temas, con una calidad inmejorable. Pero, sobre todo, tenemos en la literatura infantil/juvenil, el mejor momento que haya tenido este renglón. Cientos y cientos de escritores, ilustradores, cuentacuentos, animadores culturales, editores, y otros, escribiendo y produciendo una literatura de superior calidad desde todas las aristas de la escritura y las publicaciones.

Inicios
Yo llego a la literatura de forma oral, no tuve libros en mi infancia, ni bibliotecas de pueblo, ni nada parecido. La literatura me llegó por el oído”.

Enfoque
Yo no escribo para dar sermones a los chicos, ni para guiarlos en sus actividades cotidianas como niños o adolescentes”.

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