El próximo día 12 de agosto se celebra el 50 aniversario de la fundación de la Academia Dominicana de Medicina. La historia de esta institución desde 1971 ha sido de gran beneficio para el país desde que en ese año un grupo de médicos en torno a figuras como los doctores Arturo Damirón o Héctor Read, se unieron para formar una institución que agrupara médicos dominicanos con la clara intención de impulsar el conocimiento y la ciencia médica. Según relata el propio doctor Damirón, fue una tarea difícil, ya que algunos consideraron que la Academia se formaba para competir con la Asociación Médica, y nada más lejos de la realidad. Los fundadores, muchos médicos dominicanos de gran prestigio, buscaban crear, como existe en la gran mayoría de los países, una agrupación puramente académica. Desde sus inicios se presentaron conferencias de gran interés y en agosto del 1971, un importante evento de cardiología junto a un grupo de distinguidos académicos mejicanos, que concitó gran repercusión en los medios de la época.

La primera directiva de la Academia estuvo compuesta por el doctor Arturo Damirón, como presidente y uno de nuestros más prominentes cirujanos. El doctor Mariano Lebrón Saviñón, pediatra, escritor e intelectual de gran prestigio internacional. Era secretario el doctor Virgilio Albert Mota, destacado profesor de ginecobstetricia. Como tesorero fungía el doctor Félix Goico, sin duda uno de los más importantes e innovadores cirujanos del siglo XX, como da testimonio su enorme labor en el Hospital doctor Salvador Gautier. Entre los vocales de esa primera directiva el doctor Víctor Soñé, dermatólogo de gran prestigio así como el cirujano doctor Agustín Rodríguez Cabral, quien en su gestión como presidente de la Asociación Médica Dominicana, consiguió el terreno en donde hoy se encuentra el local del Colegio Médico Dominicano.

En ese primer año de actividades, la Academia creó un capítulo de Salud Pública, gracias a los esfuerzos del doctor Miguel Ortega, que realizó un interesante análisis de la situación sanitaria de nuestro país y de los hospitales, ofreciendo recomendaciones de marcado carácter científico en procura de mejorar las condiciones de salud de todos los dominicanos, con un plan a largo plazo bien pensado y estructurado. De igual forma en ese primer año se rindió un emotivo homenaje al doctor Antonio Elmúdesi, cirujano de mucha importancia en la ciudad de Santo Domingo, ya que en su clínica, frente al parque Duarte, se realizaron por primera vez en el país una gran cantidad de procedimientos quirúrgicos.
Además el doctor Damirón se formó como cirujano junto al doctor Elmúdesi, quien era además tío del doctor Antonio Zaglul Elmúdesi, quien siempre se refirió a su tío Antonio como el gran referente médico de su juventud. Por otro lado, el doctor Fabio Mota ofreció una interesante conferencia con el título “un bacteriólogo catalán, precursor de la terapia antibiótica”. Esa conferencia de gran contenido científico y rica en datos, fue incluso publicada en un fascículo muy comentado por los médicos dominicanos de la década del 1970.

Entre los fundadores de la Academia estaban médicos como los doctores Bienvenido Delgado Billini o Fabio Cabrera, patólogos como el doctor Miguel Logroño Batlle, psiquiatras como los doctores Balbino García o Abelardo Lora. Científicos como el doctor Pablo Iñiguez o el doctor Rafael González, que descollaron de igual forma en la Academia de Ciencias, son una muestra del material humano con que contó la Academia Dominicana de Medicina en sus inicios. En su segundo año asumió la presidencia de la Academia el doctor Mariano Lebrón Saviñón, quien fue además profesor de historia de la medicina.

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