El entonces bachiller Isidor Silva, preparó un trabajo para el dr. Heriberto Pieter sobre la medicina en Montecristi. Compartimos algunas de sus informaciones. Los primeros que se ocuparon de medicinas y remedios en esa ciudad, no eran médicos de universidades, pero que no obstante, vienen a ser los pioneros de las ciencias médicas en la ciudad de San Fernando de Monte Cristi.

El primero de estos de quien se tiene noticias es de Matías Stefani, francés oriundo de Córgeca, vino al país procedente de Haití. Practicaba la medicina por el año de 1860. Limitábase a dar algunos consejos y hacer uno que otro remedio casero. Murió diez o doce años más tarde, siendo muy estimado de sus contemporáneos por su desinterés y por el cuidado con que asistía a los enfermos. Igualmente Rafael Barrios, un señor cubano que tampoco era médico, sino uno de los llamados “curiosos”, y que desempeñaba tales funciones por el año 1865, más bien como obras caritativas, pues no cobraba sus servicios. Cinco años más tarde, es decir, en el año 1870, estuvo en esta el dr. Bueno, médico cubano, pero ejerció muy poco tiempo porque se encontraba de paso, no obstante eso, dejó gratos recuerdos entre los moradores por sus conocimientos, abriendo, por decirlo así, un nuevo capítulo en la evolución de la medicina de esta región, por ser, como anteriormente dijimos, médico graduado de universidad.

El dr. Navarrete, de nacionalidad cubana, comenzó a ejercer su profesión en esa ciudad en el año 1869. Trabajó poco tiempo porque enfermó de tuberculosis pulmonar y se fue para Santiago donde murió en breve plazo. En el 1890 vino otro cubano, el dr. Carlos Castellanos, quien ejerció muchos años con buen acierto. Un día se le ocurrió irse para Haití, pero pasó pocos meses allá. Regresó enfermo, muriendo aquí a poco tiempo.

Vino en el año 1892 el dr. Buenaventura Báez Lavastidas, primer médico dominicano que ejerció en Montecristi. Trabajó muchos años y tenia una farmacia abierta al público. Al envejecer, se fue para el interior del país, para pasar los últimos días de su existencia al lado de sus familiares. Ejerció también durante ese tiempo el Dr. Dejundé, un cubano que llegó a la ciudad en el 1892, pero parece que el medio no le convino y a poco se fue para Haití.

Otro cubano, el dr. De la Fuente, fijó su residencia y comenzó a ejercer en el año 1895. Era expatriado político, pero consiguió su amnistía y se fue a su patria a poco de estar ejerciendo su profesión. En ese mismo año de 1895, llegó y se estableció el dr. Bruno André, procedía del interior del país y era dominicano.
Ejerció durante veinte años más o menos y luego se fue para Santiago, donde murió. Fue buen médico, y se granjeó el aprecio de todos los montecristeños durante el largo tiempo que ejerció entre ellos.

El dr. Manuel Parajón, nacido en Cuba de padres españoles, fijó su domicilio aquí en el año 1896. Ejerció durante muchos años y se fue luego para su país natal. Es muy recordado, tanto por sus habilidades, como por las obras de bien que hizo a todo aquel que solicitara sus servicios, pudiera o no darle remuneración.

Algún tiempo después, en el año 1900, vino a ejercer el médico cubano dr. Ramón Salcedo, era muy joven pero conocía bien su profesión. Algunos años más tarde se fue a ejercer a Dajabón, y casi seguido murió, a consecuencia de una herida de bala que recibiera al ser atacada la población por tropas revolucionarias. (continuará…)

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