Las oficinas de la División de Comercio Solidario están ubicadas en el Centro Nacional de Artesanía (Cenadarte). FUENTE EXTERNA
Las oficinas de la División de Comercio Solidario están ubicadas en el Centro Nacional de Artesanía (Cenadarte). FUENTE EXTERNA

La División de Comercio Solidario busca empoderar a hombres y mujeres para que transformen su calidad de vida, la de su familia y sus comunidades

Manos Dominicanas es una marca país cuyo objetivo fundamental es trabajar con artesanos y artesanas en condiciones de vulnerabilidad económica y exclusión social.

Es la primera marca artesanal del Gobierno dominicano, que más que una tienda es una de las acciones de la División de Comercio Solidario, perteneciente al programa Supérate dedicada a ser una estrategia renovada e integral de la lucha contra la pobreza en la República Dominicana que facilita la construcción de capacidades, seguimiento y comercialización de piezas a través de sus plataformas de venta.

Una de las piezas que confeccionan los artesanos

De acuerdo con Esther Castillo, directora de Comercios Solidarios del Programa Supérate, Manos Dominicanas es una labor de emprendedurismo y de desarrollo económico sostenible que acompaña a estos emprendedores tanto de la capital como del interior del país en el proceso de la capacitación y de las técnicas de mercado que se requieren para ser productivos.

“Esta marca artesanal funge como una alternativa de capacitación para que las personas amplíen sus libertades económicas y logren de esta manera mejorar su calidad de vida”, sostuvo Castillo, y explicó que el objetivo es empoderar a hombres y mujeres para que transformen no solo su calidad de vida y la de sus familiares, sino también la de sus comunidades y se conviertan en emprendedores y generadores de empleo en sus zonas.

En los talleres de Manos Dominicanas se trabaja alrededor de 800 rubros, entre ellos el barro, bambú, la madera, lilas de agua, el fleje de papel, el hueso, ámbar y larimar.

Además, indicó que esta población artesanal participa también del proyecto de las ayudas sociales que otorga la presidencia de la República, que son las tarjetas de solidaridad.

No hemos querido que nuestros artesanos y artesanas se queden en la comodidad de una tarjeta, sino que a través de este programa puedan emprender sus propios negocios y que en sus territorios puedan emplear a otros compueblanos en sus talleres”.

Desarrollo

Manos Dominicanas trabaja alrededor de 800 rubros, entre ellos el barro, bambú, la madera, el cuerno, lilas de agua, el guano, el fleje de papel, el hueso, ámbar, larimar, la jícara de coco, plástico, entre muchos otros materiales no reutilizables que transforman en hermosísimas piezas artesanales como carteras, bolsos, sombreros, macutos, collares, muñecas sin rostros, pilones, entre otros muchas obras artesanales.


De acuerdo a Castillo, hoy día más de mil 500 artesanos y artesanas, operarias textiles, hombres y mujeres en situación de vulnerabilidad producen y comercializan productos de Manos Dominicanas, garantizando de esta manera su inclusión social y sus derechos y cuyas ventas, mediante el comercio justo se traducen en ganancias y aportes para su desarrollo socioeconómico.

Asimismo, detalló que de este proyecto social se desprende la línea textil Cayena con el fin de capacitar a participantes de Supérate para que con la confección, diseño, creatividad y costura logren mejorar su situación de vulnerabilidad socioeconómica.

“Estas eran las modistas que teníamos en las casas y que hacían una labor de productividad, pero no planificada ni organizada, a ellas las capacitamos en nuestros talleres con maestros de corte y confección, diseñadores, incluso esas mujeres han trabajado en los RD Fashion Week, en Dominicana Moda y en desfiles internacionales”, manifestó Castillo, quien añadió que esas mujeres, tanto de la de ciudad como del interior generan una transformación en sus vidas, “ya que tienen la oportunidad de crear sus propios talleres y al mismo tiempo nos sirven de enlaces y escuelas en sus territorios”.

Esther Castillo, directora de Comercios Solidarios del Programa Supérate

Otra de las marcas es “Delicias”, que son postres artesanales elaborados por hombres y mujeres de las zonas rurales, cuyo porcentaje mayor es de mujeres de más de 65 años que ya no están en condiciones de productividad, pero a través de este programa hacen su propia dinámica económica.

Castillo calificó como significativo el impacto de este programa, por considerar que la mayoría de estos trabajadores con el acompañamiento de Manos Dominicanas ofrecen capacitación en sus talleres y “eso ha sido un impacto muy positivo no solo a nivel económico, sino también a nivel social y de integración en sus territorios.

Jean Carlos Castillo, encargado de Producción

También, dijo que este programa ha impactado el medio ambiente, ya que hay piezas que se confeccionan con lilas de agua, unas plantas dañinas que contaminan el agua de los ríos.

“Cuando nuestras mujeres sacan esas lilas de los ríos, la secan y la pasan por un proceso de limpieza y de descontaminación, el impacto que se producen al elaborar esas piezas es triple porque aportamos a que esas mujeres puedan generar sus propios recursos, aportamos al medio ambiente y además aportamos al desarrollo económico y social de sus respectivas zonas, ya que una sola no puede hacer esta labor, entonces tiene que tener a su alrededor a otras artesanas que se integren a ese modelo de producción”, afirmó Castillo.

Potencial laboral

Cuando Manos Dominicanas identifica el potencial de ese hombre o esa mujer, les ofrece el acompañamiento, la capacitación financiera y la producción de esas piezas, a las cuales se les realiza un análisis de costo y de calidad, “porque lo que nosotros queremos con ellos es que puedan competir en un mercado”.

Es por eso, que luego de todo este proceso, Manos Dominicanas se pone en contacto con empresarios y empresas públicas y privadas a quienes les envian el perfil de las piezas y del artesano para entonces abrirles el espacio para que puedan vender a un precio justo y tener una amplia rotación en el mercado que les permita más recursos económicos.

En ese sentido, Castillo aclaró que Comercio Solidario no vende, sino que les abre espacios a esos emprendedores para que puedan comercializar sus productos.

“Cuando un artesano puede colocar mil o dos mil piezas en un mercado competitivo, nosotros no encargamos primero de que se le pague el precio justo, de que el artesano cumpla con ese empresario que solicita sus piezas y también nos encargamos de que le llegue el pago a tiempo”, dijo Castillo, al tiempo que agregó: “Como la mayoría de estos trabajadores son informales y nosotros estamos constituidos en una cooperativa, a través de la cual ese dinero llega de forma íntegra a los artesanos”.

Comercialización de las piezas artesanales

Manos Dominicanas cuenta con 4 tiendas de donde los artesanos y artesanas llevan sus piezas para vender. Recientemente, la institución abrió una en Sambil, la cual ha generado un impacto muy positivo.

“Esperamos que en este año 2024, la marca con el auspicio y el apoyo de Gloria Reyes, quien dirige el Programa Supérate al que pertenecemos como proyecto, pueda estar en otras plazas comerciales del país”, expresó Castillo.

También, consideró importante el apoyo del sector público, ya que esa vinculación público-privada ha generado mucho más importancia porque contribuye a la reducción de la pobreza y “su apoyo ha sido fundamental para nosotros.

Muñecas sin rostros

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