Alicia Alonso, “prima ballerina assoluta” de Cuba

Esta “prima ballerina assoluta”, es el título que recibe una bailarina del ballet , que en español significa primera bailarina absoluta.

Primera figura del continente americano que bailó como artista invitada en el teatro Bolshoi de Moscú y Kirov de Leningrado, hoy teatro Mariinski

Esta “prima ballerina assoluta”, es el título que recibe una bailarina del ballet , que en español significa primera bailarina absoluta.

En la entrega de hoy, dedicamos esta página a la memoria de la legendaria bailarina del ballet clásico cubano Alicia Alonso, fallecida el pasado 17 de octubre de este 2019, a la edad de 98 años. Esta talentosa artista nos honró con su visita en varias presentaciones que realizó en el país con sus más grandes éxitos en los principales teatros de aquí. Al nacer recibió el nombre de Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo, hija de padres españoles, nacida en la Habana, Cuba, el 21 de diciembre de 1920. Inició en este maravillo mundo de la danza desde muy pequeña, y cuando tenía 8 años de edad, fue llevada a España a estudiar los bailes españoles, a su regreso a Cuba se inscribió en una escuela llamada Sociedad Pro Arte Musical, lugar que le sirvió de escenario para darse cuenta que ese era su llamado, pues desde que pisó la barra de la academia en su primer día de clases, supo que esa sería su carrera para toda la vida. Así lo confirmó en una entrevista que les concedió a los periodistas dominicanos Radhamés V. Gómez P., y Silvio Herasme Pena, a quienes les dijo “yo desde pequeña danzaba con cualquier música que ponían. Pero yo danzaba una especie de baile libre, de movimientos que trataban de expresar la música, pero yo nunca había hecho ballet, ni sabía lo que era baile. Nada, simplemente que cuando yo oía la música necesitaba expresarla por medio de los movimientos del cuerpo”.

El 28 de octubre de 1948, Alicia creó su propia compañía de ballet llamada “Alicia Alonso”, junto a su primer esposo Fernando Alonso, posteriormente, en 1956, la escuela pasó a llamarse Ballet de Cuba. Esta academia recibía una pequeña subvención por parte del gobierno de turno (del dictador Fulgencio Batista), quien luego la eliminó, lo que provocó que la clase artística de Cuba se manifestara en contra de esa medida, y empujara a la artista a salir del país. Lo que llevó a esta gran intérprete del personaje de Giselle a desarrollar su carrera en los Estados Unidos, donde participó en las grandes compañías de ballet, tales como American Ballet Teatre, School of American Ballet, entre otros. Alonso retornó a la Habana en 1959, a raíz del triunfo de la Revolución Cubana y relanzó el Ballet Nacional de Cuba con el apoyo de Fidel Castro.

Debutó en la República Dominicana el 4 de septiembre de 1958, en el Teatro Agua y Luz, del Centro de los Héroes, junto al bailarín ruso Igor Youskevitch y acompañada del Ballet de Washington, con el cual presentó el “Lago de los cisnes”, actuación que encantó al público dominicano. Pasados varios años, en 1973, el maestro Carlos Piantini, quien en ese entonces figuraba como director del Teatro Nacional y encargado del programa cultural de los Doce Juegos, fallecido en marzo de 2010, la invitó a asistir en el programa artístico que sirvió de cobertura a la celebración de los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe, realizada en el país del 27 de febrero al 13 de marzo de 1974. Efectivamente, al año siguiente, Alicia llegó junto al ballet folklórico cubano en febrero de 1974, conformado por 45 personas pertenecientes al Consejo Nacional de la Cultura de Cuba. Ese grupo estuvo dirigido por Alonso.

Esta estrella del arte volvió a presentarse en el país en febrero de 1976, en el Teatro Nacional, esta vez interpretando a “Carmen”, una obra de Georges Bizet, junto al Ballet Nacional de Cuba. Esta actuación fue estrenada en la isla del caribe y luego presentada en el Teatro Bolshoi de Moscú. En esa ocasión vino acompañada de su segundo esposo Pedro Simón. Personas de todo el ámbito nacional se dieron cita en aquel auditorio y pudierondisfrutar de la magia que solo Alicia sabía transmitir cuando estaba en escena.
El vicepresidente de la República Carlos Rafael Goico Morales asistió a la actividad, entre otros funcionarios del Gobierno.

Mientras Alonso se encontraba en esta hermosa Quisqueya conquistando los corazones de los dominicanos, fue agasajada por el Comité Dominicano de Amigos de Cuba, el 29 de febrero de 1976, en un acto celebrado en el penthouse del hotel El Embajador. Varios años después, en febrero de 1983, durante el gobierno del presidente Salvador Jorge Blanco, la directora artística del Teatro Nacional, la soprano Ivonne Haza de Bisonó, la invitó junto al Ballet Nacional de Cuba a presentarse nueva vez en el Teatro durante cuatro días. Alicia regresó en junio de 1987 en el Teatro Nacional, en esa ocasión los fondos recaudados del evento fueron a beneficio de la fundación “Corazón Unidos”.

Alicia Alonso obtuvo durante toda su carrera artística innumerables reconocimientos por su larga trayectoria como bailarina, coreógrafa, directora de teatro y por ser la mejor exponente del ballet clásico de todos los tiempos. Y en reconocimiento a su labor en el arte, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, la invistió como “Profesora Honoraria”, de la Facultad de Humanidades de ese centro de estudio, el 23 de julio de 1996. El acto de investidura fue encabezado por el rector de la academia, doctor Edylberto Cabral; monseñor Roque Adames, Obispo Emérito de la ciudad de Santiago, e Iván Grullón Fernández, decano de la Facultad de Humanidades de esa universidad estatal.

La Sala Principal del Gran Teatro del Cibao fue testigo del majestuoso espectáculo de la obra “Giselle”, a cargo del Ballet Nacional de Cuba, dirigido por la bailarina Alicia Alonso. El grupo se presentó en julio de 1996 en un auditorio repleto de personas de todo el ámbito nacional. Aquella noche asistieron personalidades como el profesor Juan Bosch y su esposa, Carmen Quidiello de Bosch, los presidentes de entidades bancarias, tales como Alejandro y Manuel Grullón junto a sus respectivas esposas, Elba y Rosa de Grullón. Esas funciones tuvieron como finalidad recabar fondos a beneficio del Patronato del Teatro Regional del Cibao.

En ese mismo mes, el presidente Balaguer condecoró a Alicia Alonso, mediante decreto 266-96 con la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el Grado de Comendador. Asimismo, durante su estadía en la ciudad corazón, Alonso fue homenajeada por el Ayuntamiento de Santiago, el cual la declaró como “Huésped Distinguida”, de la ciudad de Santiago, en un acto realizado en la sala Héctor Incháustegui Cabral, del Centro de la Cultura de Santiago.

Alicia Alonso quedará en nuestros corazones como la gran maestra del ballet clásico que nos enseñó a soñar y a vivir la magia que brinda este hermoso arte. Finalizamos con una de sus frases que dice, que “La Danza es la esencia de la Palabra”.

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