El Paraíso de los enamorados

Hace 70 años, se construyó uno de los hoteles más modernos y elegantes en la zona norte de la República Dominicana durante la dictadura de Rafael L. Trujillo. Se trata del hotel Montaña, inaugurado el 13 de agosto de 1949, en el paraje El Puerto del municipio de Jarabacoa, provincia La Vega, situado a 145 kilómetros de la ciudad de Santo Domingo. Fue construido en dos niveles, con área de piscina, dispensario médico, un bar diseñado en roble americano, entre otras. Según un documento suministrado por la Corporación de Fomento de la Industria Hotelera y Desarrollo del Turismo (CORPHOTELS), entidad que administra los hoteles del Estado, desde 1971, informa que estas instalaciones abarca un área de construcción total de 4,014.87 metros cuadrados.

En representación del Poder Ejecutivo, encabezó la ceremonia de inauguración el señor Virgilio álvarez Pina, secretario de lo Interior, general de brigada, asesor de la junta central directiva del Partido Dominicano y presidente de la junta de administradores de los hoteles del Estado, quien dio el discurso central, mientras que la bendición del acto estuvo a cargo de Monseñor Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor de Santo Domingo. Fungieron como padrinos del mismo, la señora Lucila Sánchez de Alvarez Pina y el embajador de España Manuel Aznar, quien ofreció un discurso por la apertura de este majestuoso hotel. El Montaña fue construido a un costo de 225 mil pesos y era considerado como uno de los mejores hoteles de turismo en América Latina.

Por el clima fresco que posee Jarabacoa, se le instaló una chimenea a la recepción del hotel para usarse en los días de invierno. En su inicio contaba con 25 dormitorios de dos camas cada uno y 7 de una cama doble. Además, de una suite presidencial, que se encontraba en el extremo norte de la segunda planta. El comedor del Montaña tenía la capacidad para cuarenta y seis personas, el cual conectaba con dos amplias puertas con el comedor-terraza, considerado como uno de los más encantadores detalles que poseía este ícono de posada montañés.

El diseño original del hotel Montaña estuvo a cargo de los arquitectos Hermanos González y su construcción fue realizada por el arquitecto Bienvenido Martínez Brea, la primera planta tenía un forro decorativo exterior en piedras naturales de la región, mientras que la planta alta, era de madera barnizada y su techo de tejas. El estilo arquitectónico del hotel era tipo montañés.

En sus inicios este sitio era el lugar perfecto para consumar el matrimonio, el elegido por la mayoría de los recién casados para disfrutar de su luna de miel. El Montaña era el ideal para vacacionar en familia o con amistades. Pero además, era escenario de grandes festivales, concursos, conferencias, reuniones importantes, entre otras actividades que se daban cita en esta emblemática zona de frondosos pinares del Valle de la Vega Real.

Sin embargo, con el paso del tiempo fue perdiendo su esplendor. Uno de los diarios del país, de abril de 1967, reseña las precariedades con las que funcionaba, su alojamiento era caro, la comida de mala calidad, los baños no tenían agua caliente, la piscina permanecía casi siempre vacía, por tal razón las visitas eran reducidas. Además, no existía un atractivo de diversión que no fuera el hermoso paisaje de la cordillera Central, que se podía observar desde la terraza. A lo mejor los viajeros necesitaban de otros entretenimientos que había en la época.

Tras varios años de deterioro y descuido, en marzo de 1969, el gobierno de Joaquín Balaguer anunció un proceso de acondicionamiento del hotel Montaña, por el valor de RD$ 65,000, los cuales incluían anexos, decoración, mobiliario y algunas reparaciones de las áreas afectadas. A pesar de esa remodelación anunciada, a principios de julio de 1973 las condiciones de esta posada eran las mismas o peores, debido al aspecto deprimente que tenía. Así lo explica un reportaje publicado en un diario local de la época, sobre los deficientes servicios que se bridaban allí. Pasados dos semanas de aquella publicación, fue anunciada su remodelación y ampliación para mejorar los servicios a los vacacionistas. Dentro de la ampliación de la infraestructura, incluía la construcción de 35 nuevas habitaciones. El administrador del hotel en ese entonces, era el mexicano Josep Prieto.

A principios de abril de 1978 fue informado al público en general el cierre temporal del hotel para su reacondicionamiento y reabrió sus puertas en octubre de ese mismo año, iniciando con buen éxito al realizar sus acostumbrados festivales con baile los domingos al que asistían personas de los pueblos cercanos. En esta ocasión la persona elegida como administradora, fue la italiana Silvia de Sander. Mientras transcurrían los años, el hotel Montaña se debatía entre la mística de una era y los planes de modernización.

Producto de las malas administraciones, este establecimiento cerró sus puertas a principios de la década de los 90. Sin embargo, en 1990, la Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) mediante un convenio firmado entre esa casa de altos estudios y el gobierno del presidente Balaguer pasó a administrar el hotel para usarlo como escuela de capacitación para los estudiantes del sector turístico. Citamos textualmente las palabras del rector Roberto Bergés: “nosotros convertiremos este hotel en una tacita de plata, lo administraremos con el propósito de ofrecer a la población un lugar ideal para el descanso y lo usaremos en prepararle al país los técnicos y profesionales que requiere el turismo”.

En noviembre del 2000, mediante decreto 1192/00 del 13 de noviembre de ese año, el presidente Hipólito Medía, dispuso que las instalaciones del hotel Montaña, fueran asignadas a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, hoy, Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Estado actual del hotel Montaña

Luego de permanecer cerrado por varios años, en 2004, el gobierno del presidente Leonel Fernández destinó RD$37.6 millones para su reparación, conforme se registró en la prensa del momento. En septiembre del 2007 el Gobierno dominicano, a través de la Corporación de Fomento de la Industria Hotelera y Desarrollo del Turismo (Corphotels), representado por Fredy Majluta, y el empresario José Félix Cabrera, de la empresa Pareatis, S.A., firmaron un acuerdo de arrendamiento del centro hotelero por un monto de 67 mil pesos mensuales, el arrendatario proyectaba invertir 300 millones de pesos. Este contrato estipulaba que la compañía tendría la administración del hotel por 35 años.

A pesar de ello, el convenio fue anulado con una sentencia dictada por la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, ante una demanda interpuesta por la Alianza Dominicana contra la Corrupción (ADOCO), por considerarse una violación al arrendar el hotel sin llamar a concurso de licitación pública.

En la actualidad Corphotels mantiene abierto un procedimiento de Licitación Pública Nacional, con el objetivo de seleccionar a la persona física y jurídica para celebrar un contrato de concesión del referido centro hotelero. Esperamos que cualquier inversión que se realice en este patrimonio pueda devolverle el brillo de sus años dorados.

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