“Que Dios libre a los haitianos de agredirnos”, expresó el capitán del Ejército de RD, Leandro Manuel Medina, tras las tropas rebeldes haitianas cruzar la frontera

El Río Masacre ha sido testigo de varias crisis políticas y sociales entre la República Dominicana y Haití, al ser la única división entre los dos países. En la actualidad, debido a su falta de poder institucional y descontrol político, Haití se enfrenta nuevamente a desacuerdos con nuestro país. Por eso, esta semana, la Zona Retro rememora aquel 23 de septiembre de 1963, cuando las balas, las muertes y la sangre cubrieron el territorio de Dajabón.

Inicio del caos

La madrugada del 23 de septiembre del 1963, tropas rebeldes al mando del ex general haitiano León Cantave fueron aplastadas por el Ejército regular del dictador de Haití, Francois Duvalier, en un intento fracasado por capturar la población de Juana Méndez, ubicada a unos tres kilómetros de la ciudad de Dajabón.

Los insurgentes, unos doscientos diez, fuertemente armados, iniciaron el ataque alrededor de las cinco de la madrugada. Fueron perseguidos por más de quinientos soldados del Ejército de Duvalier, quienes los obligaron a huir hacia la parte fronteriza en territorio dominicano, incluido su líder, el ex militar Cantave.

Los rebeldes comenzaron a cruzar la franja fronteriza, unos heridos y otros ilesos. Por lo menos, una veintena de ellos estaban heridos, uno de gravedad por haber recibido un balazo en el pecho.

Zona fronteriza despejada

Los moradores de Dajabón impactados por el sonido de los proyectiles y el estruendo de la batalla entraron en pánico y optaron por abandonar la ciudad, desplazándose para Loma de Cabrera, Montecristi, Sabana Larga y Santo Domingo.

La decisión de abandonar la zona fronteriza se debió a que numerosos proyectiles de los lanzados por las tropas en combate atravesaron el legendario río Masacre, que divide la República Dominicana de Haití, penetrando en algunos hogares y edificios públicos.

Injerencia dominicana

El capitán del Ejército dominicano, Leandro Manuel Medina, consideró la riña entre ambos militares haitianos de poca importancia, y dijo que “Dios libre a los haitianos de agredirnos”.

Luego de cruzar la frontera, por un punto desconocido, el ex general Cantave, furioso enemigo de Duvalier y quien fue jefe de estado mayor de su Ejército, fue conducido a un avión que había sido enviado por la comisión mixta de las Fuerzas Armadas y trasladado a la base aérea de San Isidro en la capital, junto a los periodistas que se encontraban allí.

En esta línea, permaneció en el despacho del jefe de estado mayor de la Fuerza Aérea Dominicana, general de brigada Miguel Atila Luna, unos minutos, y luego según se dijo, era esperado por el ministro de las Fuerzas Armadas, mayor general Víctor Elby Viña Román, para las decisiones finales que se tomarían respecto al caso.

Por su parte, el Presidente Juan Bosch, que hasta entonces desconocíaque era un conflicto interno en Haití, había enviado un ultimátum al gobierno de Duvalier, amenazando con bombardear el palacio de gobierno en Puerto Príncipe si el supuesto ataque no cesaba en un término de 3 horas. En esta línea, el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor García Godoy solicitó una rápida convocatoria al órgano de consulta de la Organización de Estados Americanos (OEA) para notificar la presunta agresión.

Medidas tomadas por las autoridades dominicanas

Los rebeldes que lograron cruzar la frontera trajeron consigo sus armas, las cuales fueron confiscadas por el gobierno dominicano. Entre estas armas, habían dos morteros de 60 milímetros; cuatro ametralladoras 30 livianas; una bazuca, 6 metralletas, dos pistolas también 45 de combate, y 17 fusiles Garam calibre M-1.

Los haitianos heridos fueron trasladados al hospital de Dajabón, donde recibieron atenciones médicas. Los que resultaron ilesos fueron llevados a la fortaleza Beller del Ejercito Nacional.

Se mantienen de pie

Cantave había dicho que el pequeño grupo todavía permanecía en la lucha, comandado por Fred Baptiste.

El ex militar haitiano negó la participación de Pierre Rigaud, así como también que miembros de los ton ton macoutes les atacaron. Especificó que solo fueron atacados por las tropas de Duvalier, más de cinco mil soldados, armados con bazuca, rifles, pistolas y otros equipos de guerra.

Cantave, de 53 años de edad, ya había intentado derrocar a Duvalier en diversas ocasiones. En esa ocasión señaló que el derrocamiento iba a depender de como el reducido grupo que permanecía en Juana Méndez, antigua población dominicana, se reagrupara y pudiera conseguir armas y aviones que ataquen al dictador.

Comisión investiga

Debido a que el gobierno dominicano creyó que el haitiano estaba atacando esta población fronteriza, cuando muchas de las balas disparadas por ambos bandos caían en la localidad. Fue enviada a la zona una comisión mixta de las Fuerzas Armadas para indagar sobre el sangriento incidente.

La misión de las Fuerzas Armadas determinó que en ningún momento fue agredido el territorio dominicano por las fuerzas de Duvalier. Sin embargo, fue un enfrentamiento entre soldados duvalieristas y rebeldes mandados por Cantave lo que provocó el caos y el desalojo de toda el área.

Exhortación

La Organización de los Estados Americanos (OEA) exhortó a los presidentes de República Dominicana y Haití impedir nuevos incidentes en la zona fronteriza de los países. El presidente del consejo de la OEA, Gonzalo Facio, había dicho en telegramas enviados a los dos mandatarios que enviaría, en caso de ser necesario, una comisión a la región fronteriza si con ello se lograba atenuar la tirantez.

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