Cristina: Un diagnóstico de autismo no define el futuro de tu hijo

La periodista Cristina Mendoza abre las puertas de su corazón para contar la aventura más importante de su vida

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En un rincón tranquilo de la Santo Domingo, la vida de Cristina Mendoza y su hijo, Liam Otoniel Rojas, transcurre en un constante vaivén de desafíos, aprendizajes y momentos de ternura. Este es un viaje que comenzó cuando Liam tenía solo dos años y su madre notó los primeros signos de que algo no era del todo común.

Cristina recuerda con claridad el día en que Liam mostró su fuerte aversión a ensuciarse. “Le molestaba tanto que sus pies tocaran el suelo sin zapatos o que su ropa se mojara,” cuenta Cristina, mientras sus ojos reflejan la mezcla de sorpresa y preocupación que sintió en ese momento. “Afilaba cosas constantemente y se ponía muy ansioso con ciertos sonidos.”

Aunque estos comportamientos llamaron su atención, Cristina, como muchas madres, pensó que era solo una fase. Sin embargo, la preocupación de una amiga de la familia, que también notó estos comportamientos, la llevó a buscar ayuda profesional.


El diagnóstico, un torbellino de emociones



El camino hacia el diagnóstico de Liam fue un torbellino emocional. “Fue devastador. El famoso ‘balde de agua fría’ queda pequeño,” confiesa Cristina, su voz se quiebra ligeramente al recordar esos días difíciles. Las citas con el neurólogo y los estudios médicos tomaron alrededor de un mes. “Me sentía culpable y angustiada por no haber identificado las señales antes,” admite con una honestidad que desarma.

Para Liam, la rutina es su ancla en el mundo. “Nuestros días comienzan temprano. Llevamos a Liam al colegio donde también recibe sus terapias, pasa unas horas con sus abuelos, hacemos tareas, jugamos, cenamos y seguimos una rutina para dormir,” explica Cristina. Esta estructura predecible ayuda a Liam a sentirse seguro y tranquilo. “Las salidas fuera de rutina las reservamos para los fines de semana,” añade.

La rigidez de Liam ante los cambios ha sido uno de los mayores desafíos. “Le abruman los cambios repentinos y es muy esquemático. Hacer cosas nuevas, como probar alimentos diferentes, es particularmente difícil,” expresa su madre.

Anticiparse a las actividades ha sido clave. “Decirle antes las cosas me ha ayudado a que las tome con calma y las asimile mejor,” dice Cristina. “Hablarle y explicarle las cosas, incluso temas de adultos, ha resultado ser una estrategia efectiva.”

Uno de los aspectos más difíciles ha sido la socialización. Aunque a Liam le gustan los niños, le cuesta acercarse correctamente. “No le gusta que invadan su espacio personal sin previo aviso,” explica. Sin embargo, gracias a sus terapias, Liam ha hecho grandes avances. “Le animo a acercarse a otros niños, a pesar del miedo al rechazo. Si los cohibimos, los privamos de avanzar,” afirma.

Cristina aboga por más empatía.

El apoyo familiar, un pilar inquebrantable


En cuanto a la familia, no ha habido problemas porque todos han aprendido a entender y respetar los límites de Liam. En la escuela, Liam ha hecho amigos, y la familia espera más avances en el futuro. “El apoyo de la familia ha sido crucial,” dice Cristina. “Me recuerda que, además de ser madre de un niño autista, también necesito cuidar de mí misma”.

Cristina admite que equilibrar su bienestar con el cuidado de Liam es un área en proceso. “Cuesta mucho balancear y tomar decisiones,” confiesa. La ayuda de su familia y el asesoramiento con la neuróloga y los terapeutas de Liam han sido fundamentales. Aunque la alimentación sigue siendo un desafío, Cristina se esfuerza por que Liam mantenga una dieta balanceada. “Es un proceso continuo, pero hacemos lo posible para que se alimente correctamente”.

Cristina aboga por una mayor empatía hacia las personas con autismo. “Que dejemos de juzgar sin conocer el fondo de una acción. Necesitamos reductores de ruido en lugares públicos y respeto por el espacio personal de las personas autistas”, subraya que la clave es la empatía.

Ley de autismo

A lo largo de su experiencia, Cristina ha aprendido que un diagnóstico no define el futuro de una persona. “Con paciencia, amor y trabajo duro se logran grandes avances,” asegura. Aconseja a las familias recién diagnosticadas que el miedo pasará conforme adquieran más información sobre el espectro autista.

Cristina reconoce que su experiencia inicial con el sistema de salud no fue la mejor, pero destaca que las cosas han mejorado con la aprobación de nuevas leyes. “Los seguros han ampliado la cobertura para estos temas”, menciona. En el ámbito educativo, aboga por más centros especializados y por la capacitación de maestros para trabajar con niños autistas.

Disfruta cada momento con su hijo.

Reflexiones sobre la crianza de hoy en día

“La perspectiva sobre la crianza ha cambiado profundamente. Criar es más que alimentar y llevar a la escuela. No es sólo disciplinar; los tiempos definitivamente han cambiado,” reflexiona Cristina. La periodista y su hijo Liam Otoniel Rojas continúan su camino con esperanza y determinación, enfrentan con amor y dedicación los desafíos del autismo. Su historia es un recordatorio poderoso de que, con empatía y apoyo, podemos construir un futuro más comprensivo y equitativo para todos.

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