Además del cuidado diario de la piel, la alimentación saludable juega un papel fundamental en su lozanía

Por más que cuides tu piel, si no llevas una alimentación saludable y equilibrada, no lograrás los resultados deseados: una dermis lozana. El tener una piel sana es una combinación de dos factores. El primero una alimentación saludable, y el segundo su cuidado diario, asegura la dermatóloga Gabriela Taveras, del Instituto Dermatológico Dominicano y Cirugía de Piel “Dr. Huberto Bogaert Díaz”.

“Ambos factores son importantes, ya que la piel es el reflejo de nuestra salud interna. De hecho, existen innumerables condiciones y patologías internas que se manifiestan en la dermis y/o pueden diagnosticarse mediante una evaluación”, dice la especialista, quien tiene servicios en el área de Cosmiatría de la institución.

Repercusión de la mala alimentación

De acuerdo a Taveras, la alimentación está entre los factores modificables que tienen una repercusión directa sobre el envejecimiento prematuro. Por ello, advierte que quienes llevan una mala nutrición, como por ejemplo, la dieta de tipo occidental, cuya composición es rica en carbohidratos refinados y grasas saturadas, tendrían varios efectos sobre este órgano, siendo uno de ellos, el efecto proinflamatorio, ocasionado, principalmente, por una disbiosis del microbioma intestinal (sobrecrecimiento bacteriano anormal). Lo antes expuesto, sería un activador de afecciones pro-inflamatorias como la psoriasis, dermatitis atópica, rosácea y acné, afirma.

Por otro lado, la dermatóloga añade que cuando los niveles de azúcar (glucosa) se encuentran elevados constantemente en la sangre, “ese exceso no encuentra vehículos que lo transporten al interior de las células por una saturación de los transportadores, obligando a esa glucosa libre a reaccionar espontáneamente con aminoácidos (proteínas) para formar unas moléculas llamadas AGE (Advanced Glycation End Products). En el caso de la piel, estas moléculas se unen al colágeno ocasionando daño oxidativo e inflamación irreversibles. Lo que a nivel de la piel se traduce en flacidez, arrugas, signos presentes en el envejecimiento prematuro”.

Alimentos saludables

Mientras que los que más benefician al cutis son los alimentos ricos en antioxidantes: polifenoles, betacarotenos, licopeno, vitaminas C y E, como el brócoli, té verde, chocolate negro, naranja, zanahorias, frutos del bosque, entre otros, enumera la doctora.

De igual forma, menciona los alimentos ricos en ácidos grasos como el omega 3, considerado antiinflamatorio, que se puede encontrar en las nueces, pescados de agua fría, etc. También el consumo de prebióticos (carbohidratos no digeribles) que estimulan el crecimiento de bacterias probióticas en el intestino. “Éstos los encontramos en el ajo, la alcachofa, puerro, frutos del bosque, guineos y kiwis”, indica.

“Para hábitos alimentarios sanos, se deben incluir en nuestra dieta suficientes vegetales frescos o cocidos, frutas… Está demostrado que por su alto contenido de fibras no digeribles (prebióticos) mejoran mucho la riqueza y variedad de nuestro microbioma. Asimismo, llevar una suplementación (dentro de lo posible) con probióticos y, por último, y no menos importante, una buena hidratación, pues nuestra piel está compuesta en un 70-75 % por agua”, concluye.

Alimentos que afectan el organismo

Entre los alimentos que afectan el órgano más grande del cuerpo, están los procesados y aquellos que poseen un alto índice glicémico (carbohidratos simples, pero sobre todo, el azúcar, que se oculta con diferentes nombres en los alimentos industrializados: jarabe de maíz de alta fructosa, dextrosa, fructosa, glucosa, endulzante, jarabe de malta, lactosa, maltosa, sacarosa, melaza…, resalta.

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