Leer nos vuelve más competitivos en un mundo que va a toda velocidad y que está saturado de informaciones

En verdad que amo la lectura y cultivar ese hábito ha conllevado una inversión considerable de tiempo pasando como dicen “muchas páginas a la izquierda” pero con sentido, no como obligación.

Investigando me encontré con datos de dos mujeres que sumaré a la lista de mis heroínas de carne y hueso. La primera es Anne Jones, quien posee el récord Guinnes de Lectura. Ella durante seis ocasiones ha sido la campeona mundial de lectura rápida y entre sus últimas hazañas leyó 607 páginas de “Harry Potter y las reliquias de la muerte” durante 47 minutos, un total de 4700 palabras por minuto.

Otro caso fue el de Louise Brown que, de acuerdo a una reseña de la BBC, alcanzó a leer más de 25 000 libros siendo miembro de la biblioteca Castle Douglas, en Escocia, Reino Unido.

En mi último hallazgo encontré que en promedio los canadienses y los franceses leen 17 libros al año en su población, a seguidas de Estados Unidos con 12. Los españoles, los chilenos y los argentinos tienen un buen promedio de lectura.

Existen varios aspectos que podemos tocar sobre el tema. Inicialmente mencionaremos el proceso que va desde la etapa de prelectura cuando se obtiene una idea general del contenido y se detecta si se poseen informaciones previas. Ya en la fase de lectura se obtiene una idea clara del tema, se exploran los textos continuos y discontinuos; y se lleva a cabo una tarea de interpretación e investigación. Finalmente, en la poslectura nos encontramos frente a la aplicación de un resumen organizado donde aparezcan elementos esenciales y relaciones básicas, entre otros usos.

La información mencionada anteriormente la obtuve en una reciente capacitación que tomé sobre Lectura Crítica en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), de Colombia. Me llama la atención compartirla porque existe un desánimo generalizado respecto de que si no sabemos leer lo básico es casi imposible llegar a otros niveles de lectura como lo es el crítico.

No diré que será una tarea fácil de conseguir, pero no está reservado para unos pocos. Solo que intervienen otros factores en el proceso de construcción como lector que incluyen, entre otros, la creación de un hábito, tiempo que le destinamos, constancia, concentración y amor.

¿Cómo avanzamos a la lectura crítica? Se llega aquí cuando la persona puede explicar, describir, definir las características, clasificar, comparar, deducir, analizar, sintetizar o criticar acerca de lo que leyó.

Ya decía el profesor y escritor inglés Chapman Cohen que “todos pueden leer, pero sin el hábito de la lectura crítica, es de poco valor”.

Durante la clase se enfatizó en el poder que tiene la comprensión global de un texto ya que permite descomponer la información en sus elementos esenciales.

Comprender es “organizar y estructurar la información, tener un fin claro; ejercitar el lenguaje y el pensamiento”. Son importantes las ideas y no las palabras, verificar las respuestas, participar e intercambiar información, sacar el mayor número de ideas, expresar de lo simple a lo complejo; y apoyarse a través de los resúmenes, esquemas y mapas semánticos.

La invitación de hoy es a no temerle a la lectura, que sepas que no es un proceso inalcanzable y no muerde; por el contrario beneficiará siempre al que lee. ¿Cómo? Mejorando las competencias escritas y lectoras; y desarrollando ciertas habilidades como interpretación y argumentación, solo por mencionar algunos de sus aportes.

Afiancemos el conocimiento lector y apliquémoslo, será de gran contribución para las áreas académicas, administrativas, directivas, en fin, impactará en todos los niveles.

Posted in Estilo

Más de gente

Más leídas de gente

Las Más leídas