Se trata de sustancias no compatibles con el organismo que se inyectan en algunas partes del cuerpo con el fin de aumentar su tamaño
Desde hace mucho tiempo se utilizan sustancias de relleno en la medicina estética con el fin de brindar volumen a algunas partes del cuerpo, las cuales son compatibles con el mismo organismo y su permanencia es limitada; tal es el caso del ácido hialurónico y el colágeno. Por otro lado, existen sustancias sintéticas que al ser introducidas al cuerpo desencadenan una serie de reacciones perjudiciales para la salud, que van desde una pequeña molestia hasta abscesos que pueden ameritar una intervención quirúrgica inmediata, como los biopolímeros, compuestos sintéticos que se utilizan en muchos centros estéticos para el relleno y aumento de diferentes partes del cuerpo, en especial de glúteos y cara.
El cirujano plástico Enriquillo Clime, quien presta sus servicios en PlastiCenter y Corazones Unidos, sostiene que los biopolímeros son sustancias que se elaboran con los mismos componentes con los que se fabrica el vidrio y el plástico, y que, incluso, se pueden obtener en ferreterías.
Comentó que el biopolímero llamado Metacril, por ejemplo, fue creado y pensado exclusivamente para los pacientes con HIV positivo, pues los medicamentos que consumían hacían que la grasa del cuerpo se atrofiara. Como en ese entonces (años 70-80) no se podían operar, al inyectarle este compuesto, se le daba un poco de volumen al rostro de la persona, que generalmente se desgastaba.
Clime explicó que los biopolímeros, aunque brindan resultados inmediatos, son altamente peligrosos para la salud por diferentes motivos: primero, no tienen control sanitario; segundo, pueden llegar a desplazarse por el cuerpo a zonas distantes del lugar donde han sido colocados, y tercero, al ser una sustancia extraña al organismo, puede desencadenar serias reacciones inmunológicas.
“Pese a todo esto, muchos establecimientosde de dudosa reputación y/o personas sin experiencia, siguen ofreciendo rellenos faciales y corporales que supuestamente contienen elementos inofensivos, como el ácido hialurónico. Sin embargo, es importante aclarar que ninguna de estas sustancias inyectables son realmente confiables y seguras, ya que en determinado tiempo el cuerpo las rechaza, generando una reacción negativa. A tal punto que puede ocasionar graves consecuencias de salud”, manifestó Clime.
El especialista explica que una vez en el organismo, estos productos generan una reacción de rechazo que trae como consecuencia una respuesta inflamatoria crónica, desencadenando múltiples granulomas, creados por el producto que es envuelto en una cápsula formada por el mismo organismo para intentar aislar estos compuestos, y por tejido previamente sano que se ha endurecido (fibrosis) alrededor del mismo como forma de defensa del cuerpo.
Detalla que esta reacción genera diferentes síntomas, tales como aparición de nódulos, endurecimiento y enrojecimiento de la zona donde ha sido aplicado, calor y ardor local y migraciones hacia muslos, vagina o región lumbar. Puede, incluso, llegar a producir, en casos muy avanzados, necrosis de la piel y del tejido graso.
También, situaciones graves como el fallecimiento, que puede suceder durante la colocación del producto, ya que éste puede ser inyectado en un vaso sanguíneo y, por esta vía, viajar al pulmón y producir embolia a cuerpo extraño. “Las infecciones suelen ocurrir durante las primeras semanas del procedimiento y se deben a múltiples factores, como la contaminación del producto o técnicas sin normas de asepsia y antisepsia. Infecciones tardías son infrecuentes después del año de administración”, dijo el cirujano.
Cómo retirar los biopolímeros
Clime explica que, al tratarse de componentes altamente agresivos y dadas sus condiciones, no es posible retirarlos totalmente del cuerpo los biopolímeros, pues cuanto más tiempo convivan con el organismo, más se infiltran en los tejidos sanos. Sin embargo, hoy en día es posible eliminar gran parte de ellos de cualquier parte del cuerpo.
Para ello, se utilizan dos técnicas: el ultrasonido, que consiste en usar un dispositivo que emite ondas de calor en las zonas afectadas diluyendo o pulverizando los cristales que generan estas sustancias para luego ser eliminados por succión; y la remoción directa, que se utiliza en casos de gravedad, donde existe una reacción severa. Se trata de una intervención quirúrgica en la que se determina el área donde se encuentra la sustancia y se elabora una incisión para retirarla directamente.
“En cualquiera de los dos procedimientos quedan irregularidades y secuelas en el área tratada que, probablemente, migren hacia otras partes del organismo o lleguen a reproducirse, por lo que será necesario seguir con los medicamentos, y quizás sea conveniente realizar de nuevo el tratamiento de remoción”, dice el galeno.
No todos los pacientes deben ser sometidos a cirugía para la extracción de los biopolímeros, ya que por lo general son intervenciones deformantes y que están indicadas solo en caso de complicaciones o síntomas recurrentes. Debes acudir al médico si presentas molestias, enrojecimiento, cambios de coloración de la piel, abscesos o salida de material aceitoso a través de la piel. Hay que resaltar que la cirugía plástica permite aumentar el tamaño de cualquier parte del cuerpo con procedimientos avalados científicamente por profesionales idóneos, mediante procesos que cumplen estrictos estándares de calidad. Así, el especialista recordó que los únicos métodos confiables para dar volumen, que tienen evidencia de expertos y garantizan resultados positivos son: la grasa del propio paciente, previamente extraída mediante liposucción e inyectada en la zona deseada en un proceso de lipoinyección.