La salud mental en los adultos mayores puede verse afectada por múltiples factores, según la psicoterapeuta
Los adultos mayores se enfrentan a cambios físicos, emocionales y sociales que pueden afectar su bienestar emocional. “La salud mental en la tercera edad puede verse afectada por múltiples factores”, aseguró la psicoterapeuta Semiramis Medina. Mencionó que una situación común suele ser enfrentarse a enfermedades crónicas que por lo general traen consigo tristeza y ansiedad o cambios neurológicos que afectan la autonomía del adulto mayor..
Sumado a esto, Medina señaló la pérdida de roles sociales, por ejemplo, dejar de ser quien produce, cuida o provee para descubrirse en la situación de ser alguien que requiere cuidados o por otro lado estar lidiando con la sensación de falta de propósito (no saber para que se sigue existiendo).
“Algunos se ven afectados por el aislamiento, la falta de conexión emocional, el peso innegable de las dificultades económicas o el estigma hacia el envejecimiento. Incluso, tienen peso también en la salud emocional el cúmulo de heridas no resueltas a lo largo de la vida”, dijo la galena.
¿Cómo puede la soledad o el aislamiento social afectar las emociones?
La soledad puede convertirse en un riesgo silencioso, y generar la sensación de desconexión con el entorno. Esto incide en los cuadros depresivos, la ansiedad e incluso acelerar el deterioro cognitivo. La falta de interacción limita la estimulación emocional, vital para mantener la lucidez. El ser humano necesita sentirse parte de algo; cuando eso falta, el mundo emocional se resiente.
¿Qué señales indican que un adulto mayor podría estar enfrentando un problema de salud mental?
Es importante observar comportamientos diferentes a lo habitual, cómo retraimiento, desinterés en los temas que antes mencionaba con entusiasmo o descuido en el aseo personal. Cambios emocionales que se perciben en la irritabilidad, el abuelo o la tía que últimamente pelea por todo. Llanto frecuente o expresiones de desesperanza, desmotivación, querer quedarse todo el día en cama, evitando conectar con el mundo. Observar cómo funciona la mente y el cuerpo de nuestro adulto mayor, que se puede reflejar en alteraciones del sueño, pérdida de apetito, confusión o la incapacidad para recordar cosas importantes
¿De qué manera la pérdida de seres queridos?
La pérdida de seres queridos puede abrir el espacio a un duelo que conecte con la idea de la propia impermanencia, la idea de ya no estar más y la nostalgia sobre aquellas cosas que ya no serán.
¿Cómo pueden los familiares y cuidadores ayudar?
El primer paso es escuchar activamente: esto significa también, validar sus emociones sin minimizar lo que nos cuentan. Una vez que damos importancia a su voz, hay que involucrarles en decisiones (aún sea en cosas pequeñas) esto es una manera de respetar su autonomía. En vez de asumir todo el tiempo, preguntar: ¿Qué te gustaría hacer?
¿Qué estrategias pueden reducir los trastornos mentales?
Es importante mantenerse al día con los chequeos médicos lo cual favorece la detección temprana. Un diagnóstico e intervención a tiempo hace más llevadero cualquier proceso de salud mental en la tercera edad. Fomentar las relaciones sociales, evitar el aislamiento. La estimulación cognitiva usando Juegos de memoria, lectura, aprendizaje de nuevas habilidades (como idiomas o música) ayudan a mantener la mente activa. Orientar y entrenar a quienes acompañan a adultos mayores para que comprendan sus necesidades emocionales y cómo brindar un entorno contenedor.