De no tratarse, la esteatosis hepática o hígado graso, como es conocido popularmente, puede degenerar hacia una cirrosis o cáncer de hígado

El hígado de por sí tiene grasa, pero cuando ésta aumenta el porcentaje en más de un 10 por ciento puede provocar esteatosis hepática, lo que se conoce como hígado graso, explica el gastroenterólogo y hepatólogo de la Clínica Corazones Unidos, Sidney Espinosa. Al mismo tiempo, destaca que este es un problema común que puede ser causado por factores de riesgo como obesidad, diabetes, colesterol alto, hipertensión y consumo excesivo de bebidas alcohólicas. Debido a cualquier origen, excepto al consumo de grandes cantidades de alcohol, se denomina enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA).

“Las personas que padecen de síndrome metabólico (exceso de peso, resistencia a la insulina y niveles altos de triglicéridos) son más propensas a desarrollar hígado graso”, dijo el especialista. Cuando esto sucede, el hígado puede estar o no inflamado. Esta inflamación puede ocasionar la formación de cicatrices (fibrosis), lo que a menudo progresa a cirrosis (cicatrización que distorsiona la estructura del hígado y deteriora su función). “La esteatosis puede llegar a la fase de cirrosis y cáncer de hígado. Por eso, es bueno someterse a revisiones médicas que puedan facilitar el diagnóstico”, comenta.

A pesar de ser una condición asintomática, un dolor en el lado derecho del abdomen puede ser una señal de que algo anda mal, resalta Espinosa.

Tipos

El hígado graso se divide en tres fases: leve, moderado y severo, este último, según el especialista, es cuando hay más de un 60 por ciento de los hepatocitos (células del hígado), invadidos por la grasa.

Diagnóstico

Anteriormente, para dar un diagnóstico se sometía al paciente a una biopsia hepática, pero con la tecnología han llegado nuevos métodos como el fibroscan (dispositivo de onda corta controlada) que mide la cantidad de grasa alojada en el hígado, manifiesta el especialista. “El paciente con exceso de grasa en el hígado tenía miedo de someterse a una biopsia, debido a que le inyectaban el hígado, ahora con las nuevas tecnologías se puede medir la cantidad de grasa en este órgano sin la necesidad de recurrir a ese método”.

Luego que se tiene la valoración, Espinosa asegura que lo importante es tratar la causa. “Con el control de las causas que han provocado la aparición de la esteatosis hepática, se consigue mejorar el cuadro”, puntualiza.

Tratamiento

Para tratar el hígado graso, el paciente debe bajar de peso, controlar el colesterol, los triglicéridos y la diabetes, señala Espinosa. “Se ha demostrado que si el afectado rebaja el 10 por ciento de su peso corporal, mejora”. Añade, que en ocasiones puede ser necesario indicarle medicamentos, pero estos van dirigidos únicamente a pacientes que presenten algunos síntomas.

La alimentación y el ejercicio son primordiales, tanto para la prevención, como para la curación.

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