Muchos dominicanos utilizan palabras del idioma inglés por desconocimiento del vocablo propio o por una parejería idiomática para dar a entender que conocen otra lengua

La mayoría de los países viven en contacto con otras lenguas y culturas. Normalmente, los imperios suelen imponerlas a las naciones donde tienen cercanía, dominan o compiten, explica el director de la Academia de la Lengua, Bruno Rosario Candelier.
Hay muchas palabras que vienen de otras lenguas. Éstas, inicialmente se usan en la forma original, pero luego se españolizan, ajustándose a su ritmo y a su escritura. Por ejemplo, en República Dominicana hay un influjo del idioma inglés, que muchos usan por desconocimiendo del vocablo propio o por una parejería idiomática, para dar a entender que se conoce otra lengua, dice el también escritor.

¿Qué se puede hacer?

Educar. “Insistir con los maestros de Lengua Española para que instruyan a los alumnos a amar su propia lengua”, dice Rosario Candelier.

Inicio del influjo

Según el director de la Academia de la Lengua Española, cuando la Primera Intervención Norteamericana (1916-1924), en San Pedro de Macorís, los americanos realizaban fiestas y, durante la celebración colocaban en la puerta un guardia perteneciente a su grupo, para que los cuidara y así estar más seguros. “Un día un lugareño le preguntó al que se encontraba de turno: ¿por qué tu no entras a bailar con los demás?, y le respondió, “i’am party waching” (estoy vigilando), de ahí, cuentan que se derivó la palabra pariguayo y la empezaron a decir en sentido de que era un tonto”, comenta Rosario Candelier, quien a la vez destaca, que así como esa palabra otras también han sido españolizadas.

Implicaciones socio-lingüísticas

Históricamente, la injerencia de otras lenguas ha sido inevitable, realidad que tiene sus implicaciones socio-lingüísticas, explica el experto en el tema. Éstas son:

Política: la cultura del imperio se impone y el pueblo dominado lo acepta. “Tenemos el caso de la antigua Roma, que dominó casi toda Europa, donde llegó y se impuso. Por ejemplo, las lenguas romances, son las que se derivan de Roma, que es el latín, español, francés, rumano, protugués, italiano… y surgió fruto de la presencia romana en países de Europa”.

Lexicológica: debido a que los hablantes, por un prejuicio o subvaloración, optan por vocablos de lenguas extranjeras.
Psicológica: en este caso, adoptar vocablos puede reflejar una subestimación. “Hay personas que no sienten el orgullo de usar su propia lengua”, manifiesta el escritor.

Cultural: cuando dos o más lenguas entran en contacto.
Rosario Candelier señala que con el francés pasó lo mismo a finales del siglo XIX y principio del XX, debido a que en toda América, este idioma tuvo una gran influencia “En este tiempo, el deseo de la gente era ir a París, Francia. Por eso, muchas palabras del francés tuvieron una influencia en nuestro idioma como chofer, restaurante, ballet… resultado de esa alta valoración de la lengua francesa.

Otros factores

Según el libro “Lenguaje y Nacionalismo” de Rafael González Tirado, el aula misma es culpable de esa equivocada sobrestimación. Muchos maestros de la lengua foránea ponderan las virtudes de otros sistemas, mientras empequeñecen el idioma propio, y se disminuyen ellos mismos como parte de una comunidad de hablantes, identificados por una cultura común, la lengua, entre otros.

Es claro que la presencia de lenguas extrañas no se debe sólo a la proximidad geográfica y el trato comercial con los norteamericanos; influye también la rápida multiplicación de los inventos que transforman la “modalidad de la vida humana” y el progreso de los sistemas de comunicación, que aproximan y compenetran a los hombres, no sólo con hechos importantes que suceden a cada instante, sino, además, con el sistema y el lenguaje de cualquier parte del mundo, dice González Tirado en el libro. Asegura que así surgen nuevas palabras o significados nuevos de palabras conocidas que, si en algunos modos enriquecen el idioma, en otro lo afean y desnaturalizan.

Bruno Rosario Candelier. Danny Polanco

¿Cuándo es necesario y cuándo no?

La Real Academia Española, en su página dedicada a los extranjerismos, reconoce que “todos los idiomas se han enriquecido a lo largo de su historia con aportaciones léxicas procedentes de lenguas diversas. Los extranjerismos no son, pues, rechazables en sí mismos”. En este sentido, la RAE distingue dos categorías:

1.Extranjerismos superfluos o innecesarios. Son aquellos términos para los que existen equivalentes en español perfectamente válidos y utilizados. Por ejemplo, en lugar de back-up, lo apropiado es usar «copia de seguridad».

2.Extranjerismos necesarios o muy extendidos. Son aquellos para los que no existen términos equivalentes en español o prácticamente no se utilizan. Por ejemplo, usamos software porque no hay otra palabra equivalente en español.

Palabras que utilizan muchos dominicanos

Happy hour: hora feliz (promoción de bebidas en los lugares que se consumen bebidas alcohólicas)

T-shirt: camiseta
Closet: armario
Car wash: Lavacarro
Beauty Center: Salón de belleza
Peeling: limpieza en la piel
Valet parking: parqueador de carros
Hello, hi: hola
Bye: adiós
Mall: tienda
Break: hora de descanso
Cash: dinero
Check in: registro
E-mail: correo
Happy birthday: feliz cumpleaños
Party: fiesta
Ticket: boleto
Gym: gimnasio
Backstage: tras bastidores
Brother: hermano
Rent car: alquiler de carros.

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