El estrés crónico termina agotando nuestros recursos de defensa lo que nos resta hasta cuatro años de vida

Con estrés, el corazón se acelera, las piernas se tambalean y las sensaciones se sienten en el estómago. Esto lo puede producir el ambiente laboral, la contaminación sónica, los problemas económicos o una relación conflictiva, así lo explicó la psicóloga Nayelin Regalado.

Hay personas que tienen años viviendo una vida de agobios, que no saben priorizar su salud mental, física, ni su descanso, lo que se puede contrarrestar con las herramientas y estrategias eficaces de las que fuimos dotados, dijo.

“Cuando se está estresado, el estado de ánimo cambia. Se está ansioso, irritado, cansado; y la concentración, la creatividad, el disfrute y la memoria, se vuelven casi nulos. Incluso, puede afectar el líbido”, manifestó la psicóloga.

Durante una conferencia ofrecida por Seguros Sura y la Asociación de Cronistas Sociales, la psicóloga aclaró que fuimos dotado de un tipo de estrés que es necesario y hay que saber identificar frente al que es dañino. “Hoy tenemos muchas fuentes de estrés que no necesariamente ponen en peligro nuestra supervivencia. Por ejemplo, si voy a cruzar una calle y viene un vehículo, mi cuerpo está dotado de herramientas de defensas y alertas que me cuidan, lo que es necesario para la supervivencia”.

Más tendencia al estrés

Estando frente a un estresor, hay personas que reaccionan con calma, mientras que otras de una manera agresiva.

“Hay personas que tienen más tendencia al estrés, porque de alguna manera tienen distracciones cognitivas. Si alguien tiene tendencia al pesimismo, ¿cómo maneja el estrés? Cualquier situación la pone grande, porque hay una distorsión en la manera de ver las cosas”, señaló la especialista.

Existen diferentes tipos

El bueno se llama eustrés; donde el individuo prepara su mente para una función óptica. “Es el que me permite desarrollarme, el que me da esa chispa y esa motivación. Pero también está el distrés que es el que nos abruma, que nos paraliza y nos quita energía”, expresó. Además, llama a distinguir entre un estrés agudo y el crónico. No es lo mismo pasar por una situación puntual a que ese estrés sea por más días.

Hormonas que se liberan

Cuando sentimos estrés hay dos hormonas que se liberan: el cortisol y la adrenalina. “Cuando estas hormonas se juntan son anticipatorias. Significa que todavía no estoy en la situación y ya me siento estresado. Puede pasarle a los niños, quienes ante una situación estresante en su escuela, no quieren ir; están sufriendo antes de llegar a ese lugar”.

Agudo y crónico

El estrés agudo es la forma más común. Surge de las exigencias del pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas del futuro cercano. Pero, ¿cuál es el peligroso? El crónico, porque nuestro cuerpo no está diseñado para vivir tanto tiempo expuesto al cortisol (se le suele llamar la hormona del estrés). “Cuando ese nivel de cortisol se eleva por tanto tiempo, termina agotando nuestros recursos de defensa, incluso, nuestro sistema inmonulógigo”.

¿Cuándo pasa al burnout?

La primera fase del estrés es ese nivel normal de resistencia; luego viene la alarma por una situación inesperada, o de las que nosotros sentimos que no tenemos control. Después, la de resistencia, “donde mi cuerpo va a intentar luchar y estabilizarse, pero el estrés sigue ahí, sigue debilitándome; ese cortisol sigue intoxicándome y deteriorándome, hasta que llega el agotamiento. “La situación de estrés puede comenzar con algo que antes me motivaba, que amaba, y termina siendo la causa de mi sufrimiento y, es ahí, donde mucha gente termina tirando la toalla, llegando a la fase del burnuot”.

Este es un síndrome que está dentro de los trastornos de ansiedad. Aparece como una respuesta a un agotamiento físico y mental. Este padecimiento tiene una serie de síntomas y signos que son identificados como un agotamiento extremo, irritabilidad permanente, el no disfrutar de las cosas que antes se disfrutaban, sentimientos de llanto, de incertidumbre, de desesperanza, de extremo aburrimiento en cuanto al tema laboral, entre otros.

Causas del estrés y consejos para combatirlo

Entre las causas del estrés crónico, están las fisiológicas y psicológicas. “Muchas veces sobrepiensas, y te imaginas lo peor; al final, resulta que no es tan malo como lo pensaste”, expresó la psicóloga Nayelin Regalado. También están las psicosociales: las familias, los entornos de trabajo, las relaciones conflictivas, nuestras propias expectativas; y las ambientales físicas como el ruido, la contaminación, etc. De acuerdo a Regalado, hay que empezar hacer las cosas diferentes para disminuir los niveles de estrés. Hay estrategias cognitivas, físicas y sociales. Lo primero es generar emociones positivas, a través de un abrazo, sonrisa, humor, tomarse ese descanso y atender nuestras necesidades. “Cuando nos ignoramos terminamos quemándonos, sintiendo que lo que hacemos no vale nada”, concluyó.

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