Elon Musk inauguró su Gigafábrica en Texas con una fiesta que denominó Cyber Rodeo. Además de la planta que mide 1,4 kilómetros de largo, le puso fecha a la pickup eléctrica y a otros dos modelos únicos en su tipo.
La reciente inauguración de la Gigafábrica de Austin, Texas, fue mucho más trascendente para Tesla que el evento en sí mismo. Primero por el formato, ya que Elon Musk decidió organizar una gran fiesta en a la que invitó a unas 15.000 personas y en la cual se podía escuchar música, comer y recorrer el lugar. Incluso hubo un momento en el que él mismo se mezcló con los invitados y conversó con ellos luciendo un informal atuendo de jean y remera negra y un sombrero texano acorde al lugar.
El Cyber Rodeo, que así se llamó el evento, sirvió para dar oficialmente por abierta la fábrica central de Tesla, que se ha trasladado de California a Texas, ya que “Fremont se estaba quedando sin espacio y que ningún sitio mejor para crecer como Texas”, según las declaraciones del CEO de la compañía.
La nueva fábrica, que costó a Tesla 1.100 millones de dólares, es la sexta planta de la marca en el mundo, la cuarta en EE.UU. y la más reciente. Anteriormente se inaguraron la Gigafábrica de Shanghai tres años atrás y la de Berlín, apenas hace un mes. La fábrica de Austin tiene 1,16 kilómetros de largo y una superficie de 338 millones de metros cúbicos. “Es equivalente a tres pentágonos”, dijo Musk. En esta enormidad de edificación, que la transforma en una de las factorías más grandes del mundo, trabajarán 5.000 empleados.
Pero la inauguración no solo se trató de cortar una cinta para formalizar las operaciones que ya se llevan adelante desde hace varias semanas, sino para que Elon Musk haga anuncios que se estaban aguardando por parte del mercado en general, y de los usuarios de Tesla en particular.