Desde pequeña, Jennifer Rosario supo lo que quería estudiar. No se dejó influenciar cuando le decían que la informática era difícil y para hombres

A los 12 años Jennifer Rosario sentía mucha curiosidad por la informática y quería hacer cursos que le permitieran acercarse a ella “porque entendía que era algo que todos debemos saber”. Sin embargo, tuvo que esperar porque aún era muy pequeña para afrontar los viajes de Boca Chica a la Capital, único lugar donde podía recibirlos.

Pero para su fortuna, cuando cumplió 14, inauguraron el Centro Tecnológico Comunitario (CTC) de su comunidad y de ahí en adelante todo fue diferente. Tomó cursos, certificaciones, y se volvió experta, tanto que empezó a ayudar a los profesores en CTC, porque, como dice, “se convirtió en parte de mi vida”. Esto hizo que fuera de las primeras en alistarse en Oracle Academy: “lo que aprendí allí me ha servido mucho en mi carrera. Ellos tienen una manera única de enseñar programación”, cuenta.

Hoy Jennifer ya tiene 24 años, estudia Licenciatura en Informática en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y sigue soñando, pero esta vez con convertirse en analista o testing de software. Es feliz y está realizada, y es el orgullo de su casa, aunque al principio sus padres la veían “rara”: “Mis padres pensaban que me estaba frustrando, porque querían que tomara cursos de manualidades. Recuerdo que mi padre no paraba de preguntarme que cuándo iba a terminar mis estudios y yo le decía que nunca, que esto es como la medicina, no se acaba”.

Jennifer es una conversadora de lujo, una apasionada que disfruta contar su experiencia de vida e inspirar: “Cuento mi historia a las niñas. Todos trataban de convencerme de que la informática era difícil, que es para hombres. A veces estoy en la universidad y si hay dos mujeres en una clase, es mucho. Eso me hace sentir empoderara. Una vez participé en una certificación y la única mujer era yo. Verme luego en el periódico entre todos esos hombres fue algo especial”.

Niñas en las TIC, lo que se sigue contando

Cada cuarto jueves del mes de abril se celebra el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación. La fecha fue instaurada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) con el objetivo de alentar las vocaciones tecnológicas en las niñas y jóvenes, así como rebajar la brecha digital de género.

Los prejuicios, las normas sociales y las expectativas limitan la calidad de la educación y de las asignaturas que estudian muchas niñas y mujeres. Éstas se encuentran particularmente en franca minoría en las disciplinas de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) y, en consecuencia, en las carreras vinculadas a éstas.

Según el informe emblemático de la UNESCO “Descifrar las claves”: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM, apenas el 35 % de los estudiantes matriculados en las carreras vinculadas a las STEM en la educación superior son mujeres, y se han señalado diferencias en estas disciplinas. Sólo el 3% de las estudiantes de la educación superior, escogen realizar estudios en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Estas disparidades de género son tanto más alarmantes cuando se considera que, en general, las carreras vinculadas con las STEM constituyen los empleos del futuro, la fuerza motriz de la innovación, del bienestar social, del crecimiento inclusivo y del desarrollo sostenible.

“Es importante acercar la tecnología a las niñas y para eso debemos orientarlas para que conozcan las oportunidades profesionales que pueden tener y cómo la tecnología puede hacer del mundo un lugar mejor para vivir. Estamos convencidos de que incentivar el interés de ellas por estudios STEM es uno de los grandes desafíos de la nueva educación y profesiones”, asegura Luis Marrero, gerente Oracle Caribe.

“Las empresas tenemos una gran responsabilidad en ese tema. Debemos ser capaces de trabajar en el entorno de las escuelas y los colegios: con programas de concientización dirigidos a los padres, programas y guías de enseñanza específicas para el profesorado, talleres para despertar las vocaciones STEM entre las niñas, o para romper los estereotipos de género que siguen existiendo. Eso, acompañado de un programa de formación que las impulse a alcanzar sus sueños”, afirma.

A través de Oracle Academy, el programa filantrópico de la empresa para temas de educación, Oracle ha firmado acuerdos con instituciones gubernamentales como el Ministerio de Presidencia, Ministerio de Educación, Superior, Ciencias y Tecnología (MESCYT) y los Centros Tecnológicos Comunitarios, con el propósito de cerrar la brecha tecnológica en el país en temas de programación Java y Bases de Datos.

“En la actualidad hemos impactado a más de 120 instituciones educativas, más de 250 docentes y más de 700 estudiantes en el país para brindar oportunidades de programación. En el Centro Tecnológico Comunitario de El Comendador hemos acercado la programación a niños y niñas de 10 años a través de la creación de animaciones 3D. A nivel de universidades, hemos colaborado con instituciones superiores para acercar a los estudiantes a la enseñanza de la nube a través del Oracle Academy Cloud Program, donde obtienen acceso gratuito e ilimitado a nuestra base de datos autónoma”, cuenta Raelly Muñoz Suárez, gerente país de Oracle Academy para CA y El Caribe.

“Lo más importante es que vayas tras tus sueños. Que seas hombre o mujer no cambia nada. Si sientes atracción por la informática, no te detengas”, dice Jennifer Rosario con satisfacción.

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