Una ingesta insuficiente de agua puede causar fatiga, cansancio, estreñimiento, dolor de cabeza y somnolencia

Cuando llega el verano, las altas temperaturas aumentan la sudoración en las personas. Esa pérdida de líquido es una de las señales que manda el cuerpo de que hay que mantenerse hidratado.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua es esencial para el cuerpo en cualquier etapa de la vida porque ayuda a regular la temperatura corporal, manteniendo la piel hidratada y elástica, lubricando articulaciones y órganos, y manteniendo una buena digestión.

Para el sector salud, una de las consecuencias que provoca la ingesta inadecuada de agua es la deshidratación, cuyos síntomas dependen del grado de deficiencia por falta de agua pero que, de manera general, presenta mareos, dolor de cabeza, debilidad, fatiga, boca seca y falta de apetito. En personas sedentarias o moderadamente activas y bajo condiciones normales de temperatura, el cuerpo pierde agua a través de la orina, heces, respiración y sudoración. Mientras que aquellas que aumentan su actividad física en épocas como verano pierden el agua corporal a través del sudor.

Según algunas investigaciones, la falta de líquido en el organismo afecta a la actividad cognitiva, en especial a la atención y a la memoria. Los síntomas comienzan a ser significativos a partir de las nueve horas de la falta de hidratación. La falta de líquido en el cuerpo también ocasiona mala digestión, ya que el metabolismo se vuelve mucho más lento y se forman acumulaciones de desechos en el intestino grueso, provocando estreñimiento. Si esta acumulación persiste puede derivar en inflamación, dolor en el colon o incluso infecciones.

Asimismo, una persona que no bebe suficiente agua a lo largo del día provoca que sus riñones se enfrenten a un trabajo mucho más duro de filtración debido a la falta de agua. Beber la cantidad recomendada de líquido puede evitar exponencialmente el riesgo de sufrir problemas relacionados con infecciones en riñones y vejiga. Cabe destacar que al tomar mucho líquido eliminamos con él las toxinas que se encuentran en el organismo. En cambio, si el cuerpo no se encuentra hidratado de manera adecuada y constante puede presentar, con el tiempo, retención de líquido, lo que también dará como resultado un aumento de peso inexplicable, hinchazón en las piernas, tobillos y también en el abdomen.

Por ello, los especialistas recomiendan consumir de dos a tres litros de agua diariamente; sin embargo, las necesidades pueden variar de acuerdo a edad, sexo, dieta y tipo de actividad física que se realice.

Además, sugieren beber abundante agua durante esta época, igualmente, al realizar ejercicio, o si la persona tiene fiebre, diarrea, migrañas, cansancio, estreñimiento, sobrepeso, hipertensión, gastritis, dolor de articulaciones, síndrome premenstrual, colesterol, calambres, arrugas, sequedad de piel, entre otras afecciones. Si limitas el líquido, los riñones sólo trabajan para eliminar las toxinas de las comidas recientes, pero si mantienes el organismo en constante hidratación, ayudas a quemar las grasas acumuladas.

La forma de hidratarse correctamente es hacerlo de forma progresiva a lo largo del día. Cuando se ingiere líquido poco a poco, el organismo lo asimila mejor y lo puede transportar a su ritmo por todo el cuerpo, mientras que si se hace una sola ingesta se satura y debe expulsar mucho del líquido por la orina. Tenga en cuenta que todas las bebidas, no solamente el agua, sirven para hidratar al cuerpo.

Cuando los nutricionistas hablan sobre la ingesta del agua recomendada al día, también se están refiriendo al H2O que se encuentra en los alimentos, por lo que es importante que todos los días se consideres tomar, mínimo, dos litros de agua como parte de la dieta diaria.

Se recomienda que entre un 75 % y un 80 % del líquido que se consuma sea a través de las bebidas, y entre un 20 % y un 25 % sea adquirido a través de los alimentos. Los alimentos que más agua contienen son las frutas como el melón, la sandía y la manzana. Por igual, hay verduras como el pepino, tomate, la zanahoria, el morrón verde, al igual que el rojo y amarillo con un alto contenido en agua.

Las frutas y los vegetales también contribuyen a la hidratación del cuerpo.

Afecta el riñón
Cuando bebemos poco agua, la orina se vuelve más concentrada y es mucho más fácil que algunos desechos se cristalicen y formen piedras en el riñón. Por el contrario, una mayor ingesta de agua aumenta el volumen de la orina que se filtra en los riñones y facilita la disolución de las sustancias que pueden formar los cálculos, además de favorecer, incluso, la expulsión de los ya existentes.

Cantidad
Cada persona necesita consumir una cantidad de agua diferente, en función de su condición física, salud, hábitos y edad. Por lo general, las autoridades sanitarias recomiendan beber al menos dos litros de agua al día, pero habrá personas que necesiten más.

Posted in Estilo

Más de gente

Más leídas de gente

Las Más leídas