«El cineasta Jean-Luc Godard ha muerto en paz, rodeado de los suyos», dice un escueto mensaje de la familia.

Horas después alguien cercano a la familia explicó que falleció a los 91 años por suicidio asistido, algo que es legal en Suiza donde vivía el genio francés del cine.

«Perdemos un tesoro nacional, la mirada de un genio. El más iconoclasta de los grandes maestros de la ‘Nouvelle Vague’ inventó un arte definitivamente moderno, inmensamente libre», dijo el presidente francés Emmanuel Macron.

Jean-Luc Godard fue una de las columnas principales de la Nouvelle Vague francesa de los años 60, que aportó una mirada refrescante y diferente dentro de una época que se abocaba a grandes cambios.

A la hora de mirar la historia del arte del siglo XX es imprescindible mencionar a Jean-Luc Godard, quien había comenzado como crítico de cine en Cahiers de Cinema.

Filmes suyos como À bout de souffle, de 1959, con Jean Paul Belmondo en el protagónico y fotografía de Raoul Coutard, sobre guión de François Truffaut; o Pierrot el Loco, de 1965 son referencias en la historia del cine.

RECONOCIMIENTOS A JEAN-LUC GODARD

Venecia lo premió en 1962 por Vivir su vida y en 1967 por La Chinoise. En 1982 le dio un León de Oro por toda su carrera y un año después por Nombre: Carmen el León de Oro. En 1991 recibió de manos del presidente del Senado italiano la medalla de oro, por el filme Allemagne année 90 néuf zero.

En 1965 recibió el Oso de Oro de la Berlinale por Alphaville.

En 1968 junto a Truffaut y a Lelouch hizo implosionar al Festival de Cannes, en medio de unas jornadas de violencia social que marcaron la historia de Francia. Fue la única vez que se suspendió el festival, antes de la pandemia.

En el 2010 la Academia de Hollywood le dio un Oscar honorífico, y en 2015 Cannes le dio el Premio del Jurado por Adiós al Lenguaje.

La última vez que estuvo en el Festival de Cannes, en el 2018, presentó la película El libro de las imágenes -controversial y para muchos incomprensible-, que significó lo que han llamado «un desencuentro entre el creador y la industria». La obra le valió una Palma de Oro especial.

Se trató de un compendio de imágenes, textos y música de distintas épocas, estilos y países, que a lo largo de su vida fue reuniendo, y las cuales conformó en una edición muy personal.

El filme, donde coinciden autores que admiró, escenas destacadas de múltiples obras que hubiese querido hacer, obras musicales de significado especial y textos memorables para él, fue un acercamiento a la imagen desde su particular manera de ver la vida.

La película, extensa de por sí, causó una grata impresión en ese Festival de Cannes al actor dominicano Pericles Mejías, un real fanático de las películas del genio francés, quien lo conoció cuando él vivía en Francia y quien alguna vez pudo conversar con el cineasta.

Según Pericles se trataba uno de los cineastas más admirados de todos los tiempos, y un referente del cine francés y mundial.

Por el modo de hacer cine, de escribirlo y de pensarlo, pudiera decirse que Godard fue un personaje subversivo, iconoclasta, controversial, sarcástico, provocador.

Los familiares dijeron que no habrá adiós público al cineasta. Sus restos serán cremados. Hasta en la muerte, Jean-Luc Godard va contra la corriente.

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