Puede ser usado en tu contra…

M uchas personas, en más de una ocasión desean detenerse, dejar de luchar, dejar de seguir adelante. A muchos, más de una aflicción le ha sumido en la tristeza y la depresión y ven apagarse las ilusiones y las ganas de hacer y hasta las de ser.&#8230

M uchas personas, en más de una ocasión desean detenerse, dejar de luchar, dejar de seguir adelante. A muchos, más de una aflicción le ha sumido en la tristeza y la depresión y ven apagarse las ilusiones y las ganas de hacer y hasta las de ser. Sin embargo, por alguna razón se ven obligados a seguir su andar, aunque sin voluntad, sin alegría, simplemente por cumplir o porque a mitad de camino resulta muy pesado devolverse.

Quizás porque otros dependen de él y no le queda más remedio que asumir su rol. Pero ya esa fuerza, esa alegría, ese deseo de alcanzar metas, de lograr vencer obstáculos se ha esfumado.

Cuando se llega a ese punto, cualquier logro será nada. Cualquier meta alcanzada será muy importante para los demás, quizás hasta genere envidia entre otros que desearían su suerte, pero para quien ha perdido la alegría, lo conseguido será nada.

A pesar de estar en esa situación, es bueno recordar que nuestros estados anímicos solo nos importan a nosotros y a alguien que en verdad nos ame, como un padre, una madre, un buen hijo, un hermano o un amigo muy cercano, y por lo tanto, no es bueno exponer nuestros sentimientos ante cualquiera, que al final, cuando des las espalda se burlará o te criticará.

Nuestras tristezas, nuestra falta de voluntad para seguir, son evidentes, no es necesario expresarlo con palabras.

Aun así, lo más importante es reservar nuestra mejor cara, nuestras mejores palabras y estados de ánimo para quienes nos aman y para quienes amamos.

Total, para el resto del mundo tú estarás como ellos piensan que estás o como quisieran que estés.

En verdad, cuando uno no está feliz es muy difícil responder que está bien, es muy difícil ser buena compañía para los demás, pues es imposible dar a otros lo que no se posee. Eso sí, solo a quien realmente se preocupa por ti puedes decirle cómo te sientes, puedes exponerle lo que te preocupa, lo que te lastima, lo que te afecta y hace daño.

Si cometieras el error de decírselo a la persona equivocada, solo ganarás que se divierta con tu dolor y si es alguien muy cercano a ti, hará exactamente todas las cosas con las que sabe que te lastimará.

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