¿Puedo acelerar mi metabolismo basal?

En esta moda del estar “fit” o en forma, es muy frecuente escuchar a las personas, sobre todo en el ambiente de los gimnasios, referirse al “metabolismo”, en alusión al esquema particular de nuestro cuerpo para quemar calorías y no acumular&#823

En esta moda del estar “fit” o en forma, es muy frecuente escuchar a las personas, sobre todo en el ambiente de los gimnasios, referirse al “metabolismo”, en alusión al esquema particular de nuestro cuerpo para quemar calorías y no acumular grasa. La queja común es tener el metabolismo “lento”, en cuyo caso la persona tendría mayor tendencia a acumular grasa, a quemar menos calorías y así requeriría intensificar su programa de ejercicios.

Específicamente a lo que hacemos referencia en estos casos es al metabolismo basal o gasto energético en reposo (la misma realidad recibe una u otra denominación dependiendo de que se calcule en ayunas o no), que es la energía que gasta nuestro cuerpo para la realización de las funciones fisiológicas esenciales. Es el gasto energético de los distintos órganos: corazón, hígado, sistema nervioso, riñón, músculos. Esto significa que consumimos energía hasta cuando dormimos pues, obvia decirlo, estas funciones vitales nunca se detienen.

Y aunque parezca mentira, el metabolismo basal involucra el porcentaje mayor de energía (60 a 70 %), de los tres tipos de gastos que conforman nuestro gasto energético total. (Además del basal está el gasto de energía para digestión y absorción de los nutrientes, y por las actividades que realizamos, desde vestirnos hasta un deporte extremo).

A mayor masa muscular, mayor metabolismo basal; el músculo es activo, la grasa no. A mayor tejido adiposo (grasa) menor metabolismo basal. Al paso de los años, que aumenta el tejido adiposo, nuestro metabolismo basal disminuye, se enlentece. Los hombres tienen mayor metabolismo basal que las mujeres, al tener mayor tejido muscular.

En ese sentido, la clave para la socorrida aceleración del metabolismo es fomentar la masa muscular, mediante la práctica del ejercicio y una alimentación equilibrada, basada en la moderación, donde no nos excedamos en el consumo de kilocalorías que requerimos.

En sentido general no es recomendable buscar modificar el metabolismo.

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