Un escenario arraigado en el anecdotario común de los dominicanos es el Hospital Psiquiátrico Padre Billini, conocido como el destino inexorable de los enfermos mentales, muchas veces dejados a su suerte por los familiares. El doctor Alejandro Uribe Peguero retoma la temática introducida en la literatura vernácula por el también psiquiatra Antonio Zaglul, primer director del centro de salud enclavado en el kilómetro 28 de la Autopista Duarte.
Con la obra Más allá del (28) Ventiocho, Uribe Peguero busca darle al ambiente de Mis 500 locos, como titulara Zaglul su libro más emblemático, una connotación que vaya más allá de lo que física y geográficamente representa el recinto, asumiéndolo como representación simbólica de la condición por la que atraviesa el ser humano cuando pierde la cordura, completamente discapacitado para la convivencia social.
El propio Uribe explica que el “nombre del 28 aquí se utiliza holísticamente, como analogía del ámbito global de la Psiquiatría; por esa razón en este texto no aparece entre comillas”. Pero el libro se convierte también en una guía auxiliar para la persona interesada en tener nociones de las fuentes idóneas a las que se podría acudir en procura de nuevos conocimientos.
Es como si el médico-escritor le dijera al lector que no le interesa monopolizar el debate psiquiátrico, y de ahí las menciones a sus homólogos Lino Romero, José Ángel Saviñón, Fernando Sánchez Martínez, Rosa Chahín, Albérico Hernández, Hilda Barinas, Cornelia Vásquez, Rafaela Taveras Lucas, Luis Serret, Rafael Terrero, Carlos de los Ángeles, César Mella, Nelson Moreno Ceballos, Héctor Guerrero y Rafael Johnson.
Sin olvidar a colegas ausentes del país, también refiere a Daysy Acosta, Moisés Taveras, Rafael García, Pedro Pablo Paredes, Guillermo Amaro, Guillermo Hernando, Apolinar de los Santos, Héctor Pérez, José Dunker y José Miguel Gómez, entre “otros héroes”.
Toda la complejidad de las mentes quebrantadas queda reflejada en los relatos de pacientes tratados clínicamente por el autor.
