Recientemente, un amigo se me acercó con el propósito de recibir mi apoyo económico porque durante las vacaciones escolares se iba a quedar sin recursos para cubrir sus necesidades primarias, entre ella su alimentación diaria, debido a que se dedica al transporte de niños durante el año escolar, que ya está a punto o ha concluido en colegios y escuelas.
Eso sucede porque esa persona no tiene el hábito de ahorrar para “los tiempos malos”, como decimos en República Dominicana. Mi amigo obtiene ingresos diarios de más de RD$500.00 por su labor de transportar estudiantes en su motocicleta.
Para hacer un cálculo promedio conservador, vamos a decir que mi amigo obtuvo ingresos de casi RD$100,000 durante el año escolar, si se hubiese ahorrado cada día RD$100.00 de los RD$500.00, ahora tendría RD$20,000 para cubrir, por lo menos, sus gastos esenciales. Debemos guardar “pan para mayo y harina para abril”, como aconsejé a mi amigo.
Una de las razones del comportamiento de mi amigo es porque en República Dominicana adolecemos de educación financiera, que nos muestre el camino de usar e invertir el dinero de forma eficiente, aunque nuestros ingresos sean pocos, como le sucede a él.
Para rendir los chelitos, los expertos recomiendan identificar las áreas en las cuales podemos estar haciendo gastos superfluos, que se pueden controlar o disminuir para luego no estar “con la mano en la cabeza” inmediatamente nuestras fuentes de ingresos se disminuyan o desaparezcan.
Pero más allá de guardar recursos para sobrevivir, como es caso de la historia citada en este artículo, debemos ahorrar para realizar actividades a cortos, medianos o largos plazos, como adquirir un electrodoméstico, un vehículo, un inmueble o viajar, entre otras metas.
Uno de los puntos clave para ahorrar y registrar tus finanzas es contar con un presupuesto mensual para llevar el control de tus ingresos y gastos en ese tiempo. De esa manera puede saber en cuales gastos innecesarios o pocos fructíferos incurre, incluyendo aquellos pequeños diarios denominados hormigas, pero que sumados se convierten en elefantes.
Para vivir una vida con menos preocupaciones y dolores de cabeza por falta de recursos “en tiempo de la vaca muerta”, debemos ser cautos con el uso de dinero “cuando estemos en bonanza”.