Una democracia madura implica un debate constante de propuestas que sean sometidas a la ciudadanía para que ella escoja a sus representantes por las propuestas que han presentado. Incluso el peso podría estar en el candidato o candidata porque por su trayectoria el electorado confía en su buen criterio al servicio del bien común. Se podría ampliar a las candidaturas propuestas por un partido político por su ideología, por supuesto ya validada en gestiones anteriores, en tal caso se votaría por el partido y su agenda.
En el caso dominicano todo eso se fue por la cuneta. Los partidos perdieron sus ideologías y muchos de sus representantes sostienen posturas en las antípodas del discurso fundador de dicha organización. A manera de ejemplo el PLD y la FP tienen discursos de extrema derecha en muchas ocasiones que son lo opuesto a la Liberación Nacional de Juan Bosch. El PRM ha sostenido políticas y discursos racistas en boca de funcionarios a pesar de “enaltecer” a José Francisco Peña Gómez. Y la corrupción que permea a los tres partidos nada tiene que ver con Bosch y Peña Gómez.
En la campaña actual, comenzada a destiempo, los tres partidos mayoritarios están ensuciando las ciudades con vallas donde lo que sobresale son caras tontas, bien trabajadas con fotoshop, y nombres de los dueños de esas facciones ridículas. Por lo visto es una campaña tipo Facebook, con mucho face y ningún book, como acostumbra a decir el P. Manolo Maza sj. Uno de esos rostros anodinos dijo recientemente que él no era de izquierda, ni de derecha, sino de la familia. Indudablemente se equivocó de oficio o tiene poca valoración de la inteligencia del electorado.
Si esto sigue así iremos a ciegas a las elecciones. Si hoy son caras a lo mejor en las próximas serán en traje de baño, por lo visto todo vale en la lógica de ambición por el poder y la codicia de la casta política criolla.