Las redes sociales, las bocinas de la comunicación, los políticos populistas y la extrema derecha han colocado a gran parte de la sociedad dominicana al borde de la histeria con el tema haitiano. Una compleja mezcla de falsedades, medias verdades, estímulo al racismo y el desconocimiento de Haití y la frontera de muchos, sobre todo en la capital y en Santiago, resultan un caldo ideal de cultivo para todo tipo de tonterías.
El bajo nivel educativo de nuestra sociedad y la ausencia del pensamiento crítico en los temas sociales y personales, conduce a que muchos se crean cualquier mentira que le digan desde canales de comunicación social o voceros que por su apariencia lucen educados. Expongo tres breves principios lógicos que aportó William de Ockham en el siglo XIV y que tienen mucha relevancia en la cuestión que
El primer punto es no inventar cosas o hechos para justificar una explicación. Desde el momento en que un argumento se despega de la realidad y propone suposiciones no demostradas, el argumento pierde su credibilidad.
El segundo punto es que la única forma de demostrar una explicación sobre algo que desconocemos es apoyándonos en realidades conocidas y demostradas.
El tercero, el más conocido, es que la explicación más simple es la mejor en caso de tener que elegir entre varias.
En torno al tema haitiano y la frontera las mentiras son muchas. Que hay millones de haitianos en el país. Que el presupuesto de muchas maternidades se va en embarazadas haitianas. Que no aportan nada a la sociedad dominicana. Que hay un complot internacional para fusionar la isla en un solo Estado. Que nos estamos haitianizando. Que el canal va a secar el río Masacre. Que importa más el patriotismo que las ganancias que nos genera el comercio con Haití. Que las pandillas de Puerto Príncipe nos van a invadir. Entre otros dislates.
La aplicación de la Navaja de Ockham, que son esos tres principios, desmonta todo el discurso racista y xenófobo con el que nos están contaminando.