Cuánta expectativa e interés suscitó la selección de los titulares de Cámara de Cuentas. Prácticamente todo el país estuvo atento al proceso, tras la infausta experiencia de la saliente, y como parte de la sociedad más interesada, consciente y empoderada que ahora somos y, por lo cual, la corrupción política, a diferencia de antaño, es una de las principales preocupaciones nacionales. El robo del erario nos afecta y debe ser de nuestro interés tener una Cámara de Cuentas cuyos titulares, seleccionados por el Congreso, no tengan militancia partidaria, en la misma línea del procurador general de la República, para cumplimiento de su misión social y rol constitucional. Avanzamos, quizá no con la celeridad deseada, pero avanzamos.

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