Finales de julio, imperan altas temperaturas. Se incrementa el consumo de abanicos y aires acondicionados, bebidas refrescantes. En nuestras calles contar con la generosa sombra de un árbol se vuelve gloria. Exaspera, pero en general en nuestro país el calor no es noticia. En otros lares genera situaciones extraordinarias, algunas graves. En Alemania, por altas temperaturas excepcionalmente tempranas y duraderas, se ha duplicado el consumo de cerveza. Entidades que suministran envases a la industria cervecera, tienen problemas para abastecer el mercado. Eso es pintoresco, muy contrario a Japón, donde un extraordinario calor húmedo (entre 35 y 40 grados a la sombra y 80% de humedad) había dejado 80 muertos y llevado como 35 mil personas a hospitales, calificado ya de desastre natural.

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