Porciones moderadas y preferir los alimentos frescos, caseros, sobre los industrializados, son ideas aconsejables para disfrutar la cena de Nochebuena sin riesgo de aumento excesivo de peso ni resultar inflamados. El ambiente incita a comer y beber lo que nos enferma, y en exceso. Moro, ensalada, pollo, cerdo o pavo, plátano maduro, pasteles en hoja, pastelones, más las frutas y frutos secos, son las elecciones adecuadas. En cuanto a alcohol, una ingesta moderada de vino. Podemos ajustarnos si recordamos que el sentido de la Navidad es celebración espiritual y familiar, no fiesta de gula y desenfreno. El cuidado individual derivado de sano amor propio, empieza en no dañar nuestro cuerpo al alimentarnos. ¡Buena Nochebuena, feliz Navidad!

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